LECTURAS MARTES 25 DE NOVIEMBRE 2014

Lectura del Libro del Apocalipsis 14,14-19. 
Yo, Juan, vi una nube blanca, sobre la cual estaba sentado alguien que parecía Hijo de hombre, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
En seguida salió del Templo otro Angel y gritó con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: «Empuña tu hoz y siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha y los sembrados de la tierra están maduros».
Y el que estaba sentado sobre la nube pasó su hoz sobre la tierra, y esta quedó segada.
Entonces otro Angel salió del Templo que está en el cielo, llevando también una hoz afilada.
Y salió del altar otro Angel -el que tiene poder sobre el fuego- y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: «Empuña tu hoz y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque han llegado a su madurez».
El Angel pasó la hoz afilada sobre la tierra, cosechó la viña y arrojó los racimos en la inmensa cuba de la ira de Dios.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 96(95),10.11-12.13. 
Digan entre las naciones: «El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.»

Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.

Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 21,5-11. 
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
«De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido».
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?».
Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: ‘Soy yo’, y también: ‘El tiempo está cerca’. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin».
Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.»

Palabra del Señor

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Ante la maldad reinante en el mundo, la gran mayoría de los que se hacen llamar cristianos sin serlo, elevan las manos al Cielo, culpan a Dios y hasta blasfeman contra Él por permitir esas cosas y el sufrimiento, mientras siguen pecando una y otra vez.

Con eso, cumplen en sus propias carnes las palabras del Apocalipsis, que pese a que habrá signos claros («Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes.») nadie se convertirá ni hará penitencia, sino que seguirán pecando y blasfemando contra Dios.

Y así, en lugar de santificarse, se hacen más reos del infierno que antes.

La llegada del Anticristo está próxima, y vendrá como un falso mesías haciendo grandes señales en el Cielo. Muchos desgraciados, por no conocer la verdadera doctrina, se dejarán seducir por Él, y por la creencia errónea de que Cristo instaurará el Reino de Dios aquí en la tierra y que los buenos sufrirán un rapto que los librará de la tribulación, irán derechos a recibir como Rey de reyes al mismísimo Diablo personificado.

Aun así, no debemos alarmarnos. Los verdaderos católicos, fieles del Señor, saben que no deben temer al fin. No porque no vayamos a sufrir, porque seremos perseguidos y posiblemente martirizados, sino por el hecho de que no nos preparamos para un momento de la historia determinado. La muerte de cada uno, que puede llegar en cualquier momento, nos presentará ante el tribunal de Cristo, y si no queremos ser arrojados al lago de fuego junto con Satanás y todos los réprobos, debemos comenzar a llevar una vida santa desde hoy.

Porque el listón está muy alto, pero con la Gracia de Dios, la intercesión de la  Santísima Virgen y todo nuestro esfuerzo, puede conseguirse.

¿A qué esperas? ¿Quién te garantiza que mañana seguirás con vida?

LECTURAS MARTES 26 DE AGOSTO 2014

Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 2,1-3a.14-17.
Acerca de la Venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, les rogamos, hermanos, que no se dejen perturbar fácilmente ni se alarmen, sea por anuncios proféticos, o por palabras o cartas atribuidas a nosotros, que hacen creer que el Día del Señor ya ha llegado.
Que nadie los engañe de ninguna manera. Porque antes tiene que venir la apostasía y manifestarse el hombre impío, el Ser condenado a la perdición,
El los llamó, por medio de nuestro Evangelio, para que posean la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Por lo tanto, hermanos, manténganse firmes y conserven fielmente las tradiciones que aprendieron de nosotros, sea oralmente o por carta.
Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratuitamente un consuelo eterno y una feliz esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 96(95),10.11-12a.12b-13.
Digan entre las naciones: «El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.»
Alégrese el cielo y exulte la tierra,

resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo delante del Señor,

porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23,23-26.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el diezmo de la menta, del hinojo y del comino, y descuidan lo esencial de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello!
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras que por dentro están llenos de codicia y desenfreno!
¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, y así también quedará limpia por fuera.
Palabra del Señor

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En los últimos años están proliferando corrientes que afirman que el fin del mundo está cerca y que hay que prepararse para él de una determinada manera.

Ejemplo de esto es toda la campaña mediática sobre el 2012 y la supuesta revelación maya sobre el fin del mundo, tan difundida en cine, libros y televisión.

Sin embargo, vemos que estas ideas y corrientes catastrofistas no son nuevas. Ya San Pablo advierte de ellas a sus contemporáneos para que no se desvelen ni sean engañados por supuestos mensajes del Cielo que únicamente buscan sembrar pánico para condicionar a la población a actuar de una determinada manera olvidándose por supuesto de lo único necesario para la salvación de sus almas: el verdadero seguimiento de Cristo.

¡Cuántas familias engañadas vendieron todo lo que poseía para alquilarse un bunker y salvar a los suyos de la supuesta catástrofe que acontecería el 21 de diciembre de 2012 y que nunca llegó!

No nos dejemos engañar por nada ni por nadie. Ni siquiera debemos hacer caso a un ángel venido del cielo si éste nos trae un mensaje diferente al que hemos recibido.

Nuestro Señor volverá, eso es cierto. Pero antes de que eso suceda, el mundo que conocemos desaparecerá, los muertos resucitaremos y únicamente entonces le veremos venir como Juez.

Entonces, juzgará a cada uno según las obras realizadas en esta vida, y dictará sentencia irrevocable: unos al tormento eterno y otros a la gloria eterna.

Y esto no lo decimos nosotros: es dogma de fe y por tanto, la verdad.

¿Qué hacer entonces para ser considerados dignos del Reino de Dios y que se nos cuente en el número de los bienaventurados?

Nos lo dice el mismo San Pablo: Debemos mantenernos firmes en la fe y conservar las enseñanzas y tradiciones que hemos recibido de Jesucristo por medio de su Santa Iglesia y sus ministros.

Nuestro Señor nos lo advierte: en ese día no cabrán dobleces, ni medias tintas, ni apariencias, pues ante Dios, que todo lo ve y todo lo sabe, de poco vale limpiar el vaso por fuera, es decir, aparentar que se es bueno cuando el corazón rebosa de malicia.

Esforcémonos, por tanto, con la ayuda de Dios, en llevar una vida íntegra, una vida santa, para que en el día que seamos llamados a presencia de Dios, no tengamos que avergonzarnos.

EVANGELIO MARTES 22 DE ABRIL 2014

Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20,11-18.

María se había quedado afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados uno a la cabecera y otro a los pies del lugar donde había sido puesto el cuerpo de Jesús.
Ellos le dijeron: «Mujer, ¿por qué lloras?». María respondió: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto».
Al decir esto se dio vuelta y vio a Jesús, que estaba allí, pero no lo reconoció.
Jesús le preguntó: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?». Ella, pensando que era el cuidador de la huerta, le respondió: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo».
Jesús le dijo: «¡María!». Ella lo reconoció y le dijo en hebreo: «¡Raboní!», es decir «¡Maestro!».
Jesús le dijo: «No me retengas, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: ‘Subo a mi Padre, el Padre de ustedes; a mi Dios, el Dios de ustedes'».
María Magdalena fue a anunciar a los discípulos que había visto al Señor y que él le había dicho esas palabras.

Palabra del Señor

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Muchos en su ignorancia e impiedad no temen en afirmar la necedad de que Nuestro Señor, Soberano de Cielos y tierra, necesitó una consorte en sus 33 años de vida, y que María Magdalena es dicha consorte.

Hermanos, no creáis estás barbaridades. Aquellos que no son capaces de guardar castidad ni un segundo de su vida, no comprenden que haya otros que sean castos eternamente.

Santa María Magdalena, fue de hecho pecadora, pero desde que se encontró con el Señor cambió tan radicalmente, que el resto de su existencia lo pasó de eremita en una cueva solitaria haciendo penitencia y dedicada íntegramente a la oración, para pagar -pese a que ya había sido perdonada- lo mucho que había ofendido al Señor.

Es por ello, por la piedad que ella demostraba, por el gran amor que ella tenía por el Señor y la contrición perfecta de su corazón que únicamente pensaba en enmendar el daño que había hecho al Señor por su vida pasada, el Señor le permitió ser de las primeras testigos de su resurrección.

¿Qué hacemos nosotros por el Señor? Únicamente le exigimos señales y pruebas de su existencia, que nos perdone todas nuestras faltas, nos conceda la vida eterna y nos haga felices ya en esta tierra… pero nosotros, ¿qué hacemos por Él?

Esmerémonos esta pascua para pagar al Señor todo el bien que Él ha hecho y hace por nosotros.

EVANGELIO MIERCOLES 12 DE FEBRERO 2014

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 7,14-23.
Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: «Escúchenme todos y entiéndanlo bien.
Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!».
Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola.
El les dijo: «¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo,
porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?». Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos.
Luego agregó: «Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre».

Palabra del Señor

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Las nuevas tendencias espirituales actuales vuelven a resurgir ese antiguo fantasma de los alimentos puros e impuros, y muchos católicos caen en sus redes argumentales por su falta de formación y esa aparente “buena voluntad” que no es más que ingenua temeridad.

Pero no solo nuevos alimentos, sino nuevas formas de replantear el cristianismo se han difundido por lo largo y ancho del mundo, desacralizando las buenas prácticas, y llevando a las gentes a un relativismo moral que únicamente sirve para acabar en lo más profundo del abismo.

Nuestro Señor nos ha advertido sobre los falsos profetas y las estrategias del enemigo para desviarnos de la Verdadera y Santa Doctrina que conduce al Cielo, pero lo cierto es que incluso buenos católicos son engañados con pretextos humanistas, o al menos, puestos en duda por aquellos que solo buscan la pérdida de las almas.

Católicos, fieles del Señor, ¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender?

Todas estas nuevas “modas espirituales” no sirven de nada. Les dan mil vueltas a cosas sin sentido y dejan de lado lo más importante, que es el someterse a la Voluntad de Dios, rebajarse al extremo, poner nuestra meta únicamente en el Cielo y aceptar la Cruz de cada día confiando en que tras este calvario llegará la gloria eterna.

Mucho se habla de la fuerza del “yo interior” y la necesidad de autocomplacencia para obtener la sanación psicológica tan apreciada en estos tiempos, sin embargo, Nuestro Señor nos advierte que es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre.

Por tanto, tengamos cuidado con estos embaucadores, que vienen a nosotros con piel de cordero pero son en verdad lobos rapaces. Nuestro mayor enemigo, a parte del demonio y el mundo, es la propia carne, es decir, las pasiones de este yo interior que tanto quieren promover. Y la única forma de vencerle es negarse a uno mismo.

Procedamos así, carguemos con las cruces que el Señor nos envíe y sigámosle confiados, sirviéndole hasta nuestro último aliento.

EVANGELIO MARTES 11 DE FEBRERO 2014

Lectura del Evangelio según San Marcos 7,1-13.

Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús,
y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.
Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: «¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?».
El les respondió: «¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».
Y les decía: «Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.
Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.
En cambio, ustedes afirman: ‘Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte…’
En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.
Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!».

Palabra del Señor

Este evangelio, viene como anillo al dedo a los tiempos en los que vivimos, en los que el catolicismo se ha convertido en una especie de organización humanitaria para paliar los males y sufrimientos terrenales que aquejan al ser humano en lugar de buscar la salvación de sus almas.

Ese “ama al prójimo y haz lo que quieras”, no es el mandato divino, sino un antropocentrismo satánico fundamentado en el ego de la raza humana que se atreve a crear un dios a su imagen y semejanza que le sirva en todas sus necesidades.

 Esto NO ES la enseñanza de Cristo, que pide que renunciemos a nosotros mismos y nos sometamos a Dios, le amemos y cumplamos su voluntad por encima de todo.

Y en consecuencia, cualquiera que anuncie un evangelio diferente a este, por muy bonito que suene, no enseña la verdad de Cristo sino una doctrina de hombres.

«¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.
Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres»

Hacer el bien puede ser algo muy loable, pero de nada sirve dar la vida si uno no ama al Señor.

Esforcémonos en permanecer en la verdadera y santa doctrina de Cristo cumpliendo a cada instante la voluntad del Señor, pese lo que pese, duela lo que duela.

EVANGELIO JUEVES 23 DE ENERO 2014

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 3,7-12.
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del mar, y lo siguió mucha gente de Galilea.
Al enterarse de lo que hacía, también fue a su encuentro una gran multitud de Judea, de Jerusalén, de Idumea, de la Transjordania y de la región de Tiro y Sidón.
Entonces mandó a sus discípulos que le prepararan una barca, para que la muchedumbre no lo apretujara.
Porque, como curaba a muchos, todos los que padecían algún mal se arrojaban sobre él para tocarlo.
Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».
Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.

Palabra del Señor

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Para comentar este evangelio vamos a centrar nuestra atención en estas dos últimas líneas del mismo:

Y los espíritus impuros, apenas lo veían, se tiraban a sus pies, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».
Pero Jesús les ordenaba terminantemente que no lo pusieran de manifiesto.

Aunque pueda sonar algo abstracto, esta frase es más actual de lo que pudiese parecer, pero no se trata de una metáfora.

Los espíritus malignos conocen al Señor, saben que Él es el que es, y son capaces de reconcerle a Él y a cualquiera de sus fieles discípulos en cualquier lugar donde se encuentren.

La pregunta es, ¿Por qué no les deja hablar hacerca de su naturaleza?

Porque los espíritus inmundos y sus siervos, o sea, aquellas personas que viven en su poder -que no tienen que estar poseídas, sino únicamente ser pecadores empedernidos- jamás deben ser escuchados, ya que son mentirosos por naturaleza y no buscan otra cosa que engañar.

Tal vez en un primer lugar mostrarán su cara más alegre, proclamando verdades que todos aceptan, como que Cristo es el Hijo de Dios, pero estas verdades solo son el señuelo de su trampa mortal para que los pobres incautos bajen la guardia y puedan injectarles su veneno.

¡Cuantos falsos profetas hay en el mundo proclamandose ser elegidos de Dios cuando en realidad sus doctrinas proceden directamente del abismo! Sean precavidos porque en los últimos tiempos el engaño es tan grande que aun los mismos elegidos podrán caer en sus redes. El veneno de la Nueva Era está acechando por doquier y su objetivo, que es la consecución de su Religión Global, está a nuestro pesar más cerca que nunca.

Fundamenten su vida de fe en la oración asidua, los sacramentos y el estudio de la Verdadera y Santa Doctrina Católica presente en los catecismos tradicionales ya que ésta no puede ser adulterada por nuevas tendencias. Aseguren sus vidas en la Roca de Cristo y refugiense al amparo de la Santisima Virgen, oren incesantemente para no ser engañados y perseveren hasta el fin para ser salvos.

Que Dios se apiade de nuestra alma.

EVANGELIO MIÉRCOLES 9 DE OCTUBRE 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 11,1-4.
Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».
El les dijo entonces: «Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino;  danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación».

Palabra del Señor

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El ser humano, desde su caída en el pecado y su destierro del Paraíso, siempre ha tenido la necesidad de buscar a Dios. Sin embargo, Satanás se las ha arreglado para sembrar confusión de tal modo, que con falsos credos e ideologías consigue apagar esa tendencia innata para mantenernos lejos de la verdad.

En el mundo proliferan cada vez más nuevas formas de espiritualidad y meditación, que tratan de extenderse tratando de llegar a influir a los propios cristianos bajo pretextos de salud.

Es así como muchos cristianos incautos buscan nuevas maneras de orar basándose en esas espiritualidades paganas, dejándose llevar por ritmos y música hipnótica mientras “alaban a Dios”, o bien tratando de canalizar sus energías entre plegarias a “Cristo”.

Hermanos, no podemos ni debemos juntar la Verdad Salvífica de Cristo con doctrinas de demonios. Pese a que muchas veces se presenten bajo formas inocuas y atractivas, todas esas espiritualidades paganas y falsas religiones vienen y conducen directamente al infierno. Debemos, pues, huir de ellas como de la peor de las pestes.

Nuestro Señor no nos enseñó eso.

Los católicos debemos seguir los mandatos de Cristo y rezar con la oración que Él mismo nos enseñó, y las demás oraciones que nos ha enseñado la Santa Iglesia, oblación perfecta y agradable al Señor, que santifica y concede la gracia santificante necesaria para transformar al pecador arrepentido en el más grande santo.

Esforcémonos en cuidar la oración, porque es arma de doble filo para luchar contra las tentaciones del maligno, contra las propias debilidades y contra las presiones de un mundo que nos quiere arrastrar con él en su camino a la perdición.

EVANGELIO DOMINGO 30 DE JUNIO 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9,51-62.

Como ya se acercaba el tiempo en que sería llevado al cielo, Jesús emprendió resueltamente el camino a Jerusalén.

Envió mensajeros delante de él, que fueron y entraron en un pueblo samaritano para prepararle alojamiento.

Pero los samaritanos no lo quisieron recibir porque se dirigía a Jerusalén.
Al ver esto sus discípulos Santiago y Juan, le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que los consuma?»

Pero Jesús se volvió y los reprendió.

Y continuaron el camino hacia otra aldea.

Mientras iban de camino, alguien le dijo: «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.»

Jesús le contestó: «Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde recostar la cabeza.»

Jesús dijo a otro: «Sígueme». El contestó: «Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre.»

Jesús le dijo: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve a anunciar el Reino de Dios.»

Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero antes déjame despedirme de mi familia.»
Jesús le contestó: «El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.»

Palabra del Señor

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Este evangelio, controvertido donde los haya, es una muestra de lo poco que hoy en día se conoce la verdadera fe, ya que se pasa por alto una parte fundamental del mensaje de Cristo.

 Podemos dividir este evangelio en dos partes con temáticas diferentes pero entrelazadas.

 En la primera de ellas, vemos como los discípulos del Señor se sienten indignados al ver que Cristo, el Hijo de Dios y Dios vivo, es rechazado abiertamente por todos, y queriendo enmendar ese daño, buscan tomar la venganza por su mano.

 Le dijeron: «Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo que los consuma?»

 El Señor los reprendió por esto, pero hay que entender bien este reproche, ya que en ningún momento justifica la actitud de rechazo de los impíos samaritanos que le cerraron las puertas de su pueblo y su corazón. Lo que reprende es la actitud de los apóstoles de querer tomarse la venganza por su mano.

 Ya en las Sagradas Escrituras, está escrito en numerosas ocasiones: “Mía es la venganza, dice el Señor.” Y lo cierto es que el Señor tiene sus tiempos, y repartirá justicia estrictamente cuando llegue el momento, el día temido de la Ira del Señor.

 ¿Qué debemos hacer ante las actitudes de desprecio del Señor? ¿Permanecer en silencio?

¡Jamás! Lo que hay que hacer en esos casos es elevar la voz en defensa de la Verdad, reparando blasfemia con alabanza, rechazo con acto de amor hacia Dios, y por supuesto, acostumbrarnos a hacer multitud de actos de desagravio y de reparación en nuestra oración, como aquel que San Miguel Arcángel enseñó a los niños de Fátima, en las apariciones previas a la Santísima Virgen (Ver devoción).

 Si no dudamos en defender a los nuestros ante cualquier mínima injuria, para cuanto más debemos dar la cara por el Señor, que es más que todos nosotros juntos.

 Con respecto a la segunda parte de este evangelio, nos encontramos que las actitudes de hoy en día están en directa contradicción con esto.

 ¿Qué nos dice el mundo? Que los extremos no son buenos, que lo bueno es permanecer en un equilibrio, y que las cosas no son blancas y negras, sino grises.

 Extrapolando al lenguaje bíblico, sería el equivalente a decir que no es bueno que nuestra fe, nuestro celo evangélico sea extremadamente ardiente – como ha sido la de los grandes Santos- ni extremadamente fría o inexistente –como los peores pecadores y criminales de la historia – , sino tibia, ya que el término medio es lo mejor y mas sano, según ellos.

 Sin embargo, Cristo mismo dijo en varias ocasiones que las medias tintas no solo no son buenas, sino que son aún peores que el declararse abiertamente contra la fe, es decir, que los cristianos tibios son más culpables que los que nunca conocieron a Cristo.

 Y aquí se nos ponen ejemplos, de las excusas que ponemos a Cristo a diario, ante su llamado de entregarnos TOTALMENTE a Él y someternos a su voluntad.

 Veamos la radicalidad que exige el seguimiento de Cristo:

 Jesús dijo a otro: «Sígueme». El contestó: «Señor, deja que me vaya y pueda primero enterrar a mi padre.» En otras palabras, déjame Señor continuar tranquilo mientras viva mi padre, mientras tal asunto se lleva a cabo, mientras estoy con esta persona a la que tanto quiero, esta situación que tengo entre manos. Una vez que este impedimento se vaya, te seguiré. Pero la respuesta de Cristo es demasiado cruda para seguir poniendo excusas:

Jesús le dijo: «Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve a anunciar el Reino de Dios.» es decir, deja todo lo que puede impedir tu salvación, aunque sea a tus seres queridos o lo que más amas en esta vida.

 Veamos otro ejemplo.

Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero antes déjame despedirme de mi familia.» En otras palabras: Sí Señor, yo te amo y quiero seguirte, pero mira, también amo a mi familia, a mis amigos, a mis asuntos, a mi vida anterior. Déjame encontrar la manera de despedirme de todo esto que ahora no puedo, cuando lo consiga te seguiré. Pero Cristo una vez más, corta de raíz toda esta sarta de excusas:

Jesús le contestó: «El que pone la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios.» O sea, que una vez dejada la vida de pecado no se puede volver atrás, hay que seguir como criatura nueva, renunciando a uno mismo y a todo lo que nos impida cumplir la voluntad de Dios, sus Mandatos.

 Es así como el camino de seguimiento del Señor es un camino duro y difícil, pero con la ayuda de Dios y mucho sacrificio se puede ir avanzando por Él.

 La actitud es esta:  «Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.»

 Pero Cristo nos advierte:  «Los zorros tienen cuevas y las aves tienen nidos, pero el Hijo del Hombre ni siquiera tiene donde recostar la cabeza.»

 Es decir, el camino de la Salvación implica renunciar a todo aquí en la tierra, y si no lo creen contemplen a Cristo mismo en la Cruz, a San Juan Bautista con su vida entera de renuncias, a los Santos Mártires, a los perseguidos por la fe… todos ellos son ejemplos vivos de lo que cuesta llegar al Cielo.

 Para que luego tengamos que escuchar las mentiras de que todos seremos salvos y que el infierno no existe. ¡Que no nos engañen! El mayor crimen actual es negar al mundo la única verdad que puede salvarles. Por tanto esforcémonos por dar a conocer el verdadero significado de ser siervo de Cristo.

EVANGELIO MIÉRCOLES 27 DE JUNIO 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 7,15-20.

Cuídense de los falsos profetas: se presentan ante ustedes con piel de ovejas, pero por dentro son lobos feroces.

Ustedes los reconocerán por sus frutos. ¿Cosecha rían ustedes uvas de los espinos o higos de los cardos?

Lo mismo pasa con un árbol sano: da frutos buenos, mientras que el árbol malo produce frutos malos.

Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos.

Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego.

Por lo tanto, ustedes los reconocerán por sus obras.

Palabra del Señor

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El evangelio de hoy debemos grabarlo a fuego en nuestras mentes y recurrir a él en todo momento en prácticamente cada instante de nuestra vida.

¿Y por qué debe ser esto así?

Pues porque en él, el Señor nos da la clave para las correctas relaciones personales, para conocer el fondo de los corazones y la verdad oculta ante ciertas circunstancias.

 ¿A cuántos de vosotros han mentido alguna vez? ¿Cuántos de vosotros han sido traicionados o al menos decepcionados por alguien que aparentaba ser quien no era?

 Pues por medio de este evangelio vamos a darnos cuenta como juzgar rectamente y evitarnos sorpresas, sobre todo ante aquellos denominados “falsos profetas”.

 ¿Qué es un falso profeta?

 El término falso profeta alude a aquellos que se hacen pasar por profetas sin serlo, pero es mucho más profundo que eso. Se trata de aquellas personas que haciéndose pasar por justas, nos alejan de Dios y de la verdad con sus discursos o contribuyen a que caigamos de nuevo en las redes de Satanás. ¡Y no hace falta ser un líder para ello!

 A diario estamos rodeados de falsos profetas: aquel que nos da un mal consejo, este otro que nos da un mal ejemplo, nosotros mismos lo somos cuando no obramos conforme a la Voluntad de Dios y hacemos que otros le traicionen.

 La clave es esta: Un árbol bueno no puede dar frutos malos, como tampoco un árbol malo puede producir frutos buenos.

 Por eso, y sobre todo en relación con la fe, debemos estar firmes en la Santa Doctrina para poder distinguir las ovejas de los lobos, y los más peligrosos, los lobos disfrazados de oveja de los que estamos más que rodeados por desgracia.

 Pero nos tiene que quedar claro que :  Todo árbol que no da buenos frutos se corta y se echa al fuego.

 Así que esforcémonos en conocer la verdad y actuar con respecto a ella para que nadie pueda engañarnos en lo más importante: el camino de la salvación.

 De esta forma, hagan lo que hagan y traten de engañarnos de la manera que sea:  ustedes los reconocerán por sus obras.

AUDIO-DOCUMENTAL EL GOLPE A BENEDICTO XVI – TODO SOBRE SU RENUNCIA

Sanguis et Aqua han presentado un fascinante a la par que inquietante audio-documental sobre la renuncia de SS Benedicto XVI y los factores que la han rodeado. Se lo recomendamos con creces ya que consideramos que los hechos veridicos que presentan pueden ser claves para comprender la situación actual en la que se encuentra el mundo.
Que cada uno saque sus propias conclusiones.

«Su Santidad el verdadero y único Papa Benedicto XVI sufrió un golpe de estado a manos de las fuerzas de Satanás que en estos momentos ya controlan el trono de San Pedro. (…) En este programa les describimos factores a tener en cuenta que han rodeado el golpe de estado a Benedicto XVI. Compartan esta información, la fe, la salvación de las almas y la propia Iglesia están en juego. Que Dios les bendiga.»