LECTURAS MIERCOLES 27 DE AGOSTO 2014

Lectura de la Segunda Carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3,6-10.16-18.
Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no traten con los hermanos que lleven una vida desordenada, y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo.

Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma.
Que el Señor de la paz les conceda la paz, siempre y en toda forma. El Señor esté con todos ustedes. El saludo es de mi puño y letra. Esta es la señal característica de todas mis cartas: así escribo yo, Pablo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 128(127),1-2.4-5.
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,

serás feliz y todo te irá bien.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!

¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23,27-32.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre!
Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos,
diciendo: ‘Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas’!
De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!

Palabra del Señor

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Se habla mucho de que es de buen cristiano el tolerar todo, soportar todo y callar ante todo, y sin embargo, en ningún momento Nuestro Señor o los santos se comportaron como los bobalicones que la sociedad desea que seamos para no estorbar a los planes de las élites.

No, un cristiano –y cuando decimos cristiano decimos católico, pues toda secta protestante proviene del abismo ya que desprecian la voluntad de Dios para seguir la propia- debe ser alguien valiente para soportar las cruces que le vengan impuestas, y enfrentar -aunque sea solo- al mundo corrompido por el pecado para no caer en sus redes.

Igualmente, debe ser alguien suficientemente humilde para reconocer que todo lo bueno que hay en él proviene de Dios y que obra suya solo son sus pecados.

Debe ser alguien suficientemente mortificado y temeroso de Dios para apartar de su vida todo aquello que le aleja del camino de la santidad, personas incluidas.

San Pablo lo dice bien claro: Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no traten con los hermanos que lleven una vida desordenada, y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros.

Hasta ese punto hemos de llegar: hacernos violencia para evitar todo tipo de pecado.

No se han cometido mayores crímenes en la historia que aquellos hechos en nombre de la tolerancia. Y nosotros, como cristianos, no debemos aceptar el error ni rebajar la verdad salvífica de Cristo al punto de considerarla una mera opinión más en medio de tantas.

La Verdad es por naturaleza intolerante con todas las mentiras que la rodean, ya que por sí misma las excluye.

Pongamos un ejemplo para que a nadie escandalice esta afirmación:

Ante una verdad absoluta como que dos más dos son igual a cuatro, alguien puede presentarse vociferando contra intolerancia de dicha afirmación, argumentando que dicho resultado puede ser cinco, ocho o dieciocho en función de la opinión que tenga la persona, y que todas las respuestas son igualmente válidas y dignas de respeto.

¿Qué pensarían de esa persona?

Solo cabría una consideración para ella: que está loca, o bien, que nos está tomando el pelo, porque tal necedad no puede ser tomada de otra manera. Y si vemos que persiste en semejante estupidez nos acabaríamos alejando pensando que no tiene remedio.

Y esto que parece tan obvio en este ejemplo, se nos olvida cuando se atacan los dogmas de fe, que son VERDADES ABSOLUTAS E INFALIBLES, tan ciertas o incluso más que la fórmula del ejemplo. ¿Por qué entonces cuando se argumenta de la misma manera contra nuestra fe toleramos semejante necedad? ¿Porque es colectiva? Un necio no deja de serlo porque se agrupe con otros tantos y todos digan la misma necedad hasta la saciedad.

Por tanto, ante el error doctrinal, ante el pecado: tolerancia cero – sin olvidar la caridad con el prójimo, es decir, darle a conocer la verdad sin humillarle.

Aquellos que exigen el prototipo de cristiano bobalicón y los que los siguen en sus falsas doctrinas, solo merecen el apelativo de hipócritas, pues se parecen a los sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre.

Ellos parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad, hasta el punto de que en poco tiempo veremos como estos que proclaman paz y tolerancia para todos, en nombre de dicha tolerancia acabarán asesinando a los católicos que realmente sirvan al Señor como sus antepasados acabaron con los profetas y santos de los primeros tiempos.

Evitemos sus redes y sus mentiras.

LECTURAS MIÉRCOLES 20 DE AGOSTO 2014

Lectura del Libro del Profeta Ezequiel 34,1-11.
La palabra del Señor me llegó en estos términos:
¡Profetiza, hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel! Tú dirás a esos pastores: Así habla el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben apacentar el rebaño? Pero ustedes se alimentan con la leche, se visten con la lana, sacrifican a las ovejas más gordas, y no apacientan el rebaño. No han fortalecido a la oveja débil, no han curado a la enferma, no han vendado a la herida, no han hecho volver a la descarriada, ni han buscado a la que estaba perdida. Al contrario, las han dominado con rigor y crueldad. Ellas se han dispersado por falta de pastor, y se han convertido en presa de todas las bestias salvajes. Mis ovejas se han dispersado, y andan errantes por todas las montañas y por todas las colinas elevadas. ¡Mis ovejas están dispersas por toda la tierra, y nadie se ocupa de ellas ni trata de buscarlas! Por eso, pastores, oigan la palabra del Señor.
Lo juro por mi vida -oráculo del Señor-: Porque mis ovejas han sido expuestas a la depredación y se han convertido en presa de todas las fieras salvajes por falta de pastor; porque mis pastores no cuidan a mis ovejas; porque ellos se apacientan a sí mismos, y no a mis ovejas;
por eso, pastores, escuchen la palabra del Señor:
Así habla el Señor: Aquí estoy yo contra los pastores. Yo buscaré a mis ovejas para quitárselas de sus manos, y no les dejaré apacentar mi rebaño. Así los pastores no se apacentarán más a sí mismos. Arrancaré a las ovejas de su boca, y nunca más ellas serán su presa.
Porque así habla el Señor: ¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 23(22),1-3a.3b-4.5.6.
El Señor es mi pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el recto sendero,

Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temeré ningún mal,
porque Tú estás conmigo:
tu vara y tu bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante mí una mesa,
frente a mis enemigos;

unges con óleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitaré en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 20,1-16a.
Porque el Reino de los Cielos se parece a un propietario que salió muy de madrugada a contratar obreros para trabajar en su viña.
Trató con ellos un denario por día y los envío a su viña.
Volvió a salir a media mañana y, al ver a otros desocupados en la plaza,
les dijo: ‘Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo’.
Y ellos fueron. Volvió a salir al mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo.
Al caer la tarde salió de nuevo y, encontrando todavía a otros, les dijo: ‘¿Cómo se han quedado todo el día aquí, sin hacer nada?’.
Ellos les respondieron: ‘Nadie nos ha contratado’. Entonces les dijo: ‘Vayan también ustedes a mi viña’. Al terminar el día, el propietario llamó a su mayordomo y le dijo: ‘Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando por los últimos y terminando por los primeros’.
Fueron entonces los que habían llegado al caer la tarde y recibieron cada uno un denario.
Llegaron después los primeros, creyendo que iban a recibir algo más, pero recibieron igualmente un denario. Y al recibirlo, protestaban contra el propietario,
diciendo: ‘Estos últimos trabajaron nada más que una hora, y tú les das lo mismo que a nosotros, que hemos soportado el peso del trabajo y el calor durante toda la jornada’.
El propietario respondió a uno de ellos: ‘Amigo, no soy injusto contigo, ¿acaso no habíamos tratado en un denario? Toma lo que es tuyo y vete. Quiero dar a este que llega último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a disponer de mis bienes como me parece? ¿Por qué tomas a mal que yo sea bueno?’.

Así, los últimos serán los primeros y los primeros serán los últimos».

Palabra del Señor

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Durante nuestra vida el Señor nos llama para trabajar en el camino de la Santidad y llegar un día a su Reino: unos le siguen y se convierten con la primera llamada de su vida en la infancia, a otros les hace falta que les insistan un poco más y se convierten a mediana edad, y otros, los menos, consiguen convertirse en sus últimos años de una larga vida pecaminosa.

Si estas conversiones son sinceras y desde que se producen estas personas se esfuerzan en servir al Señor y dejar atrás su vida de pecado, llegado el momento, al estar libres del pecado mortal, serán recompensados con el Cielo, aunque antes deban pasar por el Purgatorio el tiempo necesario para purificar sus pecados veniales.

Sin embargo, pese a que todos somos llamados a la santidad de vida, el Señor elige a unos pocos para constituirlos Pastores de su pueblo, esto es, sus guías y orientadores para exhortarlos a la santidad en conjunto, e individualmente en el estado al que Dios llama a cada uno, discerniendo los carismas individuales.

Pero, ¿qué sucede cuando aquellos elegidos para guiar al pueblo son aquellos que lo pervierten doctrinalmente y les empujan al abismo?

El Señor por medio del profeta Ezequiel hace una severísima condena a esta clase de pastores – que muchos deberían releer actualmente y hacer penitencia antes de que sea tarde para ellos.

Si uno es digno de reprensión por despreciar al Señor y acarrearse su propia condenación , ¿¡cuanta más culpa se tendrá cuando aquel que actúa en nombre de Cristo envía por su negligencia a cientos de almas al infierno!?

Hermanos, bien sabido es de todos que en nuestros tiempos el mal ha entrado incluso en las filas de la Santa Iglesia Católica y posiblemente muchos de ustedes hayan tenido malas experiencias por el escándalo de muchos eclesiásticos.

La doctrina ha sido desterrada de muchos lugares y el Santo Sacrificio de la misa, en otros tantos, se ha convertido en un circo con profanación abierta y a la carta, etc…

Pudiera parecer que la apostasía gobierna en media Iglesia y la tibieza en la otra media, pero no debemos desfallecer. No son tiempos para ello.

Nuestro camino no es ni abandonarla, ya que –aunque llagada- sigue siendo la Esposa de Cristo y el Arca de la Salvación, ni rendirnos, sino redoblar nuestros esfuerzos y oraciones por ella y la santidad de sus miembros.

Sirvamos de corazón al Señor, y no temamos al enemigo, que aunque es más fuerte que nosotros, contra el Señor no puede nada, y Él promete no abandonarnos.

Aun en el peor de los casos –Dios no lo quiera- si algún día fallasen todos los pastores en su ministerio, se sirviesen a sí mismos y abandonasen la Voluntad de Dios para con ellos, el Señor mismo guiará a sus verdaderos fieles y los conducirá a puerto seguro.

Arrancaré a las ovejas de su boca, y nunca más ellas serán su presa. Porque así habla el Señor: ¡Aquí estoy yo! Yo mismo voy a buscar mi rebaño y me ocuparé de él.

Digamos con el Salmista:

Aunque cruce por oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo.
(…) El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

EVANGELIO VIERNES 25 DE OCTUBRE 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 12,54-59.
Dijo también a la multitud: «Cuando ven que una nube se levanta en occidente, ustedes dicen en seguida que va a llover, y así sucede.
Y cuando sopla viento del sur, dicen que hará calor, y así sucede.
¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?
¿Por qué no juzgan ustedes mismos lo que es justo?
Cuando vas con tu adversario a presentarte ante el magistrado, trata de llegar a un acuerdo con él en el camino, no sea que el adversario te lleve ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y este te ponga en la cárcel.
Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo».

Palabra del Señor

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La explosión tecnológica del siglo XX ha permitido al hombre escudriñar cielos y tierra y lograr un avance en el conocimiento jamás visto en la historia de la humanidad. Se avanza a pasos tan agigantados que muchos temen incluso que se pierda el control en algún momento, y todo termine pasando factura.

Temas como la manipulación genética, clonación, la posibilidad de evolución artificial del ser humano hacia cíborgs o hombres-maquina con características mejoradas, la manipulación del clima y su empleo en contexto bélico, etc… plantean nuevos retos morales que muchos pasan por alto deleitándose en jugar a ser Dios.

El ser humano se regocija de su capacidad y potencial avanzando día a día hacia límites más peligrosos.

Nunca jamás en la historia se había llegado tan lejos, y en medio de esto, el Señor nos da un toque de atención:

¡Hipócritas! Ustedes saben discernir el aspecto de la tierra y del cielo; ¿cómo entonces no saben discernir el tiempo presente?

Ciertamente, estos tiempos en que vivimos son más allá que una simple época de la historia. Vivimos en el tiempo de los tiempos, en los últimos tiempos, o mejor dicho, en el fin de los días.

¿Cuánto más creemos que el Señor esperará cuando ya se han dado de golpe todas las condiciones que anteceden a su venida?

Sin duda, el tablero está preparado, pero hay una cosa que todavía le retiene. Todavía no se ha manifestado el impío, el hombre de la perdición, el anticristo.

Y su venida, la venida de aquel que se hace pasar por Cristo para engañar a la humanidad entera y arrastrarla al abismo de su perdición, está siendo preparada desde hace años por su séquito, por la sinagoga de Satanás, es decir, por la masonería.

Nuestro Señor nos da un consejo, nuestra única baza en esta batalla espiritual, y nuestra única salida.

Debemos convertirnos, y saldar nuestras deudas con la Divina Justicia mientras aún tenemos tiempo, porque el tiempo se agota, nuestra vida pasa, y cuando menos lo esperemos nos estaremos presentando ante Él.

Debemos pues, resistir firmes en la fe en los tiempos tan difíciles que nos toca vivir, aferrarnos al Señor por medio de la oración y los sacramentos  y hacer todo lo posible por salvar almas.

Que el ejemplo de la Santísima Virgen nos conceda la fortaleza y la confianza necesaria para acompañar a Cristo y su Santa Iglesia hasta el calvario y permanecer en pie sin desfallecer hasta el final, pese a que todo parezca humanamente perdido.

EVANGELIO SÁBADO 28 DE SEPTIEMBRE 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 9,43b-45.
Todos estaban maravillados de la grandeza de Dios. Mientras todos se admiraban por las cosas que hacía, Jesús dijo a sus discípulos:
«Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».
Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

Palabra del Señor

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Los discípulos de Cristo estaban maravillados por todo lo que estaba sucediendo ante sus propios ojos, tan maravillados que eran incapaces de comprender lo que estaba a las puertas. Es por ello que Cristo les advirtió:  «Escuchen bien esto que les digo: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres».

¿Cómo que iba a ser entregado si era Dios? Los discípulos no podían creerlo, pero bien sabemos que así fue.  Cristo, pese a ser la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, permitió que sus propias criaturas le rechazasen, le torturasen y finalmente le asesinasen, aunque el mal no tuvo la última palabra.

En estos tiempos, estamos reviviendo exactamente lo descrito en este pasaje, salvo que esta vez no es Cristo quien caerá de nuevo en manos impías, sino su Esposa: la Santa Iglesia Católica.

Esto no debe sorprender a nadie. Son muchos los que se niegan a creerlo, malinterpretando las escrituras que afirman que el Infierno jamás prevalecerá sobre Ella. Ciertamente, jamás podrán con Ella como tampoco han tenido poder sobre Cristo, pero esto no impide que tengan una victoria temporal permitida por Dios para nuestro bien y salvación de nuestras almas como ha sucedido con Cristo mismo.

La Esposa debe sufrir como su Esposo.

Por tanto, estos no son tiempos sino de fortalecer nuestra fe lo máximo posible para que cuando llegue la persecución, que llegará para los verdaderos fieles, podamos mantenernos en pie y ser capaces de dar nuestras vidas por el Señor como Él la ha dado en su momento, por nosotros.

Para cualquiera que vea como está el mundo y comprenda un poco sobre lo avanzada de la situación, puede darse cuenta que estos tiempos no son tiempos cualquiera y que se requerirá de nosotros mucho más de lo que se ha requerido de generaciones anteriores. Por tanto, preparémonos espiritualmente aferrándonos a Cristo, a su Verdadera y Santa Doctrina, a sus Sacramentos, permaneciendo en oración constante para que cuando llegue el momento, nos encuentre preparados.

Pero ellos no entendían estas palabras: su sentido les estaba velado de manera que no podían comprenderlas, y temían interrogar a Jesús acerca de esto.

Y así fue, que llegado el momento, Cristo se quedó sólo únicamente acompañado por su Santísima Madre, por San Juan, el Apóstol Virgen, y por varias mujeres que se deshacían en llantos.

No permitamos que vuelva a suceder lo mismo con la Pasión de su Esposa, la Santa Iglesia Católica.

EVANGELIO VIERNES 6 DE AGOSTO 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 5,33-39.
Luego le dijeron: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben».
Jesús les contestó: «¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar».
Les hizo además esta comparación: «Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más.
¡A vino nuevo, odres nuevos!
Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor».

Palabra del Señor

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Muchos interpretan ante estas palabras del evangelio que es irrelevante el ayuno y las mortificaciones y que la oración constante no es sino para los religiosos/as y sacerdotes. ¡Nada más lejos de la realidad!

Cristo jamás desprecia el ayuno sino que lo ensalza. Con estas palabras se refería a que mientras sus discípulos estuvieran con Él, en su presencia, no tiene sentido ayunar ya que su presencia en la tierra prefiguraba el Cielo y éste no es lugar de penas ni llantos.

Pero Cristo no iba a estar  en la tierra para siempre:

“Llegará el momento en que el Esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar”

Sin embargo, pese a que ascendió a los Cielos, no nos ha dejado solos, y ha situado su Trono en la tierra en cada sagrario, de modo que podamos acudir a Él, que nos espera presente en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad en el Santísimo Sacramento del altar para que le adoremos, y en el Sacramento de la Confesión para perdonarnos.

El quiso darnos así su gracia santificante. Así y no de otra forma.

Por tanto, no podemos dejarnos llevar por las nuevas ideas que resurgen en la mayoría de ambientes ya que están cargadas de veneno. Se nos presentan como fuentes de luz, pero conducen al mismo infierno. Lo triste es que son muchos los que se dejan seducir por estos secuaces de Satanás que se hacen pasar por elegidos del Señor.

Estemos atentos, y aferrémonos a Cristo tomando como base el Tesoro de la fe que ha custodiado su Santa Iglesia Católica durante 2000 años. El conocer y profundizar en Él por medio de un buen Catecismo, como el de Trento (acceder a zona de descargas), puede salvar nuestra alma de muchos errores actuales.

No tengamos miedo de recurrir a la Tradición y caigamos en la tentación de desecharla como algo pasado de moda. Ya dice Cristo:

Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor.

EVANGELIO MIERCOLES 4 DE SEPTIEMBRE 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 4,38-44.
Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella.
Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba.
De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos.
Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado».  Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.

Palabra del Señor

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De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar.

Como hemos comentado en el evangelio del martes 3 de septiembre (ver evangelio), nadie puede salvarse únicamente por reconocer que Cristo es el Hijo de Dios, y los demonios de este evangelio son otra prueba de ello, que se han condenado pese a proclamar abiertamente la verdadera naturaleza de Cristo.

Vemos en este pasaje como Cristo, pese a que dicen la Verdad, no permite que hablen.

¿Por qué les obliga a callar? Porque nadie debe fiarse de las palabras que salgan de la boca de los demonios ni de aquellos que les sirven, digan o no la verdad. Por eso no permite que nadie les escuche.

El que digan la verdad en un momento puntual solo significa que la vayan a utilizar para algún fin perverso, y por eso debemos estar prevenidos. La prudencia debe guiar nuestras acciones, ya que es muy fácil dejarse embaucar por aquellos que dicen lo que queremos oír para luego acabar con nosotros y con nuestras almas. Los falsos pastores, los falsos profetas proliferan por doquier y los incautos los siguen creyendo encontrar en ellos la verdad que les salvará y sin embargo no se dan cuenta que se dirigen a su propia condenación.

¿Cómo distinguirlos? Por sus frutos los conoceréis- Dice el Señor.

Y es que, como dice San Juan en el Apocalipsis acerca de la Bestia, ella profiere por su boca grandezas y blasfemias, con el fin de engañar incluso a los mismísimos elegidos. Los que proceden del maligno, como es lógico, obrarán al modo de su Señor.

Por tanto, no nos dejemos engatusar por palabras aparentemente dulces. Analicemos todo en base a la Tradición de la Santa Iglesia Católica, depositaria de la verdadera fe y a la Doctrina que hemos aprendido de ella. ¡Tengan cuidado con todo aquello que contradice los Santos Dogmas pilares de nuestra fe!

Nadie que es verdaderamente de Dios puede blasfemar o ir en contra de la Verdad que Él mismo ha revelado.

Cierto es que uno puede pecar, pero aun hablando en términos humanos si realmente amas a alguien, es inconcebible el que se te ocurra decir nada que manche la honra de este ser querido, ¡y mucho menos el criticarle o despreciarle frente a otros! Al contrario, lo defenderás a muerte frente a los ataques ajenos y no permitirás ni el más mínimo desprecio en su contra.

¡Pero no olvidemos que Satanás es mentiroso por naturaleza! Y si se mostrase siempre atacando a Dios, sería fácil detectarle. Él lo sabe, por lo que para evitar ser visto y poder obrar a su antojo es capaz de presentarse como un ángel de luz aun cuando su naturaleza perversa proviene del mismísimo infierno.

¿Por qué digo esto? Porque sus siervos, todos estos -ídolos de masas y quienes les controlan-que mueven al mundo a su antojo, que crean modas y nos intentan influir 24 horas al día y 7 días a la semana,  aunque en un momento puntual hablen de Cristo y de las verdades santas ¡no les crean! Solo es otra maniobra de manipulación por su parte.

Debemos tratar de huir de sus influencias como quien huye de la peste, y “hacerles callar” allá donde se encuentren para que no lleven a la perdición a más almas.

Que el Señor nos permita tener los ojos abiertos a la Verdad y ser capaces de seguirle fielmente, donde quiera que Él vaya.

MARTIRES DE LAS MASACRES DE SEPTIEMBRE (2 DE SEPTIEMBRE)

MARTIRES DE LAS MASACRES DE SEPTIEMBRE

(1792)

MARTIRES DE SEPTIEMBREHacen referencia a una serie de juicios sumarios y ejecuciones en masa que se desarrollaron del 2 al 7 de septiembre de 1792. Es uno de los episodios más sombríos de la Revolución francesa. Los historiadores no se ponen de acuerdo acerca de lo motivos que indujeron a cometer unos actos tan irracionales y en circunstancias tan particularmente terribles para los prisioneros. Estas ejecuciones no sólo se llevaron a cabo en París, las sufrieron también en otras ciudades del país, como por ejemplo en Orleans, Meaux, o Reims, aunque no fueran en número tan elevado como en París.

Las masacres empezaron con el degüello de 23 sacerdotes encarcelados en la prisión de la AbadíaStanislas-Marie Maillart por unos federados marselleses y bretones. Un grupo de los 150 sacerdotes que estaban encarcelados en el convento de las Carmelitas, se rindió. Cuando llegó el grupo ejecutor al convento, los sacerdotes se dirigieron a la capilla en la que fueron asesinados a golpes de pico, de hacha y bastón. En este lugar fueron «juzgadas» y «ejecutadas» más de 300 personas.  ejecutor de las órdenes del Comité de vigilancia, condenó, uno a uno, a todos aquellos que se presentaron ante él «a la fuerza». Cuando se abrieron las puertas del convento y salieron, los condenados cayeron todos bajo las picas o las bayonetas. Esta masacre duró toda la noche.

Ese mismo día 4 sacerdotes fueron asesinados en la iglesia de Saint-Paul Saint Louis (actual iglesia de Saint-Paul en le Marais), antigua iglesia perteneciente a los jesuitas (placa conmemorativa a la derecha).

Las matanzas se llevaron a cabo, durante cinco días, en las demás cárceles: en la Conserjería, en la Prison du Grand Châtelet, en la Forcé en Salpêtriére, Bicêtre y en la Prison des Carmes.

Pero las matanzas no se detuvieron aquí. Marat pretendía que estos «tribunales populares» se extendieran por toda Francia. A tal fin hizo publicar en sus periódicos una circular, fechada el 3 de septiembre, en la que justificaba los castigos, y suscitaba las iras que provocaron más «juicios» sumarios:

«La Comuna de París desea informar a sus hermanos de todos los departamentos, que una parte de los temibles conspiradores detenidos en las cárceles ha sido condenada a muerte por el pueblo: actos de justicia que creen indispensables a fin de acabar, por temor, con todas las legiones de traidores encerrados tras sus muros, por el momento se ha conseguido que el enemigo se detenga y, sin duda alguna, toda la nación, después de la larga sucesión de traiciones que la han conducido al abismo, se decidirá a adoptar estas medidas si las cree necesarias para la salud pública, y todos los franceses dirán, como los parisinos: «Nosotros moriremos frente al enemigo, pero no dejaremos detrás nuestro a estos delincuentes para que maten a nuestros hijos y a nuestras mujeres«.

Se llevaron a cabo ejecuciones en Orleans, Meaux o Reims, pero la situación en las provincias fue mucho más moderada en relación a las ejecuciones que se llevaron a cabo en la capital. En total y durante estos días de septiembre, en París y en sus distintos departamentos se realizaron más de 1.400 ejecuciones.

Las matanzas no se limitaron a los contrarrevolucionarios, fueron asesinados también pequeños comerciantes o artesanos, y si bien, los contrarrevolucionarios fueron las primeras víctimas, la mayoría de los prisioneros por delitos comunes fueron, asimismo, ejecutados. El 4 de septiembre en la cárcel-hospital de Salpêtriére los asesinos violaron y mataron a las prostitutas, a las locas e incluso a los niños del orfelinato.

El papel que jugó el gobierno revolucionario en estas matanzas no quedó nada claro: los asesinos ¿fueron, en su totalidad, espontáneos o las matanzas en las que se implicaron estuvieron animadas (u organizadas) por el poder del gobierno?

«De la audacia, todavía la audacia, siempre la audacia» Estas palabras pronunciadas por Danton el 2 de septiembre de 1792, quedaron grabadas en todas las memorias. Danton era, por entonces, el Ministro de Justicia del Consejo ejecutivo compuesto por seis miembros. Este consejo fue constituido por la Asamblea legislativa la noche del 10 de agosto de 1792.

La Comuna de París y la Asamblea legislativa estaban enzarzadas en una lucha por el poder que paralizaba a Francia que estaba, en aquel momento, en un estado de guerra civil que la convertía en casi ingobernable. El gobierno de la República era objeto de una lucha feroz entre las diferentes partidos, y tanto los unos como los otros, no dudaban en tomar unas iniciativas que, la mayoría de las veces, se tomaban sin coordinación alguna y eran contradictorias. Para la Comuna el poder le había sido concedido al Comité de vigilancia, sobre el que Danton y Marat ejercían una influencia determinante.

La Comuna había decidido crear un ejército de 60.000 hombres para combatir a los prusianos. Oficialmente se trataba de no dejar sin defensas a las ciudades que estaban en poder de los contrarrevolucionarios; pero se tenía la absoluta convicción de que los voluntarios serían, de hecho, los más extremistas y que, dependiendo del poder central, tendrían preponderancia sobre los moderados. La comuna había efectuado numerosos arrestos (arbitarios) pero no se había atrevido, todavía, a «juzgar» tal y como se hizo durante el Terror. En este sentido, la Comuna, se desentendía, interesadamente, de las masacres y, de hecho, los asesinos no se diferenciaban en nada de los afectos a la Comuna, mientras que los promotores eran personas influyentes de la Comuna. Estas consideraciones explican, sin duda alguna, el silencio de Danton que quería conservar su influencia sobre los miembros de la Comuna.

Tras la toma de la Bastilla Marat estaba convencido de que la política más eficaz para romper con el pasado era la de cortar algunas cabezas. Su periódico era uno de los más virulentos de la capital, y había adquirido gran prestigio tras el arresto de Luis XVI.

Para Marat, este episodio puso de manifiesto una estrategia de insurrección común a todos los movimientos extremistas y, particularmente, a todos aquellos que se sienten amenazados, y que venia a poner a los más moderados ante los hechos consumados e impedía una vuelta atrás:

  • 1.- eliminando a todos los del bando opuesto
  • 2.- encarcelando a todos los moderados cómplices de las masacres
  • 3.- creando una atmósfera de terror, y obligando al silencio a las opiniones contrarias.

De hecho, las masacres permitieron que los patriotas extremistas obtuvieran un lugar preponderante y que, en las elecciones que siguieron, Marat y Danton consiguieran el triunfo.

Las Masacres de septiembre son el testimonio de esta lógica, Asimismo constituyeron uno de los primeros «patinazos» de la Revolución francesa. Controvertido en ocasiones, este acontecimiento ha sido, y será, motivo de vivos debates entre los historiadores, algunos la contemplan como una visión marxista de la Revolución (Albert Soboul), otros tratan de demostrar los límites del poder popular. (François Furet).

Las matanzas de septiembre de 1792 tuvieron un total de 1.000 a 1.400 víctimas, es decir, la mitad de los prisioneros parisinos. Hubo 307 muertos entre los 357 encarcelados en la prisión de la Abadía que comparecieron ante los tribunales populares.

No se celebran conmemoraciones oficiales. Las víctimas son consideradas como mártires. El calendario litúrgico menciona el 2 de septiembre como el día de la conmemoración de los Bienaventurados mártires.

Santos mártires de Cristo, rogad por nosotros.

EVANGELIO VIERNES 30 DE AGOSTO 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 13,44-46.
Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo.
El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.»

Palabra del Señor

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El Reino de los Cielos, ese tesoro ante el cual hombres y mujeres de todos los tiempos han llegado a dar, ya no solo su tiempo, sino hasta sus propias vidas  por conseguirlo.

Lo que debiéramos preguntarnos es:

¿Por qué es hoy despreciado aquello que siempre fue tan deseado?

Por mucho que digan, el ser humano no ha cambiado. Sus necesidades, sus deseos más profundos, sus miedos, sus preguntas… han sido siempre las mismas. Y sin embargo nos encontramos ante una generación diferente, que no busca, que no se plantea, que no se interroga, que no sueña… que únicamente vive por y para el presente, que únicamente vive por y para sí misma.

¿Qué nos ha sucedido?

Que tristemente estamos atrapados en las redes del enemigo que por primera vez en la historia ha acaparado todos los puestos de poder del mundo por medio de la masonería. Es triste reconocerlo así, pero desde la cuna hemos sido (o eso han pretendido) adoctrinados para formar esa gran masa manipulable que ellos quieren gobernar a su antojo.

Sin embargo, pese a que esto nos venga impuesto y seamos pocos los que gracias a Dios hemos sido liberados de estas ataduras intelectuales, físicas y morales, la decisión es nuestra, siempre lo ha sido. Y si las personas no optan por el Reino de los Cielos, puede deberse a dos motivos:

–          O no quieren saber nada de Dios ni de su Reino, lo cual es muy triste aunque aceptable, ya que cada uno es libre de elegir a quien servir teniendo en cuenta que al final de sus vidas pagará las consecuencias de esta elección.

–          O bien, que no lo conocen, lo cual no es culpa suya sino nuestra.

¿Quién ha hablado de Dios a esta nueva generación?

Los padres por falta de tiempo delegan en la escuela la educación de sus hijos, la escuela, como parte del sistema adoctrinador, no tocará para nada cuestiones morales y si lo toca será para relativizarlas y desacralizarlas excusándose en que la educación debe ser igual para todos y que los críos son libres de elegir su fe. De este modo,  relega lo que ellos denominan cuestiones “superfluas” a los padres que por supuesto, respetan esta máxima mundana de “ya elegirá cuando sea mayor la fe que quiera”.

De un modo u otro, el crio crece sin conocer a Dios, sin conocer su Reino… Se ve bombardeado con tal cantidad de información, que se convertirá en un experto en ciencias, en física cuántica, en historia universal, será políglota y hasta tocará el piano con los ojos vendados… eso sí, llegará a la mayoría de edad ¡¡sin conocer lo único importante para su existencia!!

¿Quién le va a explicar la verdad entonces? ¿Sus amigos? Tristemente están en la misma situación que él, y su máxima aspiración en la vida será que llegue el fin de semana para liberarse del estrés entre “ligoteos” y alcohol.

Y lo peor de todo, las personas que han crecido adoctrinadas de esta manera, han desarrollado tales mecanismos de defensa, que el solo hecho de oir el Nombre de Dios o cualquier cosa que suene a Santo crea en ellos una aversión tal que no solo no escucharán, sino que atacarán.

Y de jóvenes mediocres, saldrán adultos mediocres que formarán familias mucho más mediocres todavía, es decir, totalmente desestructuradas como las que ya estamos viendo, y las siguientes generaciones les irá incluso peor que a ellos.

¿Qué será de nosotros? Solo Dios lo sabe. Pero no debemos perder de vista que la culpa de que el mal se extienda, no solo es de los malos, sino de los buenos que permanecen en silencio con la excusa de “no molestar” y de “ser tolerantes” – que por cierto, esto es otro arma del enemigo, que nos hace creer que la tolerancia del mal es una gran virtud cristiana y rápidamente nos olvidamos que incluso Cristo fue el primero en llamar a los hipócritas por su nombre y poner los puntos sobre las ies a todos aquellos que ponían sus manos criminales sobre cosas Santas.

Pero no hay que perder la esperanza. Pese a que el mal esté muy extendido, el Señor sigue llamando y rescatando a hombres y mujeres de las garras de Satanás y de este bucle de perdición denominado mundo. Gracias a Dios,  muchos -entre los que me incluyo- hemos sido “tocados” por el Señor y liberados de en medio de estas redes aun cuando no habíamos hecho nada por merecerlo.

¿Por qué nos eligió? Solo Él lo sabe. Eso sí, ahora una vez hemos reconocido su grandeza en nuestras pobres vidas, no permitamos por dejadez y negligencia, que el Señor se arrepienta de la oportunidad que nos ha dado al concedernos la fe.

Es hora de hacer por Él lo que Él ha hecho por nosotros.

Salgamos, pues, con la ayuda del Espíritu Santo, a dar testimonio de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas y por nuestras almas, pues para eso hemos nacido: para dar testimonio de la Verdad que hemos recibido, y colaboremos con Él en su plan de salvación comenzando por los que tenemos más cerca.

EVANGELIO LUNES 26 DE AGOSTO 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23,13-22.
«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que cierran a los hombres el Reino de los Cielos! Ni entran ustedes, ni dejan entrar a los que quisieran.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para conseguir un prosélito, y cuando lo han conseguido lo hacen dos veces más digno de la Gehena que ustedes!
¡Ay de ustedes, guías, ciegos, que dicen: ‘Si se jura por el santuario, el juramento no vale; pero si se jura por el oro del santuario, entonces sí que vale’!
¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante: el oro o el santuario que hace sagrado el oro?
Ustedes dicen también: ‘Si se jura por el altar, el juramento no vale, pero vale si se jura por la ofrenda que está sobre el altar’.
¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar que hace sagrada esa ofrenda?
Ahora bien, jurar por el altar, es jurar por él y por todo lo que está sobre él.
Jurar por el santuario, es jurar por él y por aquel que lo habita.
Jurar por el cielo, es jurar por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él.

Palabra del Señor

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Ante este evangelio tan controvertido uno se plantea cómo tratar de comentarlo sin herir demasiadas sensibilidades y sin tirar piedras sobre el propio tejado, pero ¿cómo decir la verdad cuando ésta desgarra el alma?

Pues bien, lo que Cristo ha dirigido a las autoridades de la época es directamente aplicable a nuestra sociedad, y poca explicación es necesaria para quien sabe ver.

¿Cuántos falsos líderes se nos han presentado con ideas felices pero consecuencias nefastas? Desde políticos con piel de cordero pero corazón de lobo hasta líderes religiosos de las más diversas denominaciones ofreciendo la verdad sacada de sus propias chisteras en lugar de esforzarse en dar a conocer el único camino para la salvación fundamentado en la Verdad  que Cristo ha entregado a la Santa Iglesia Católica.

Sin embargo, el verdadero problema no son ellos, ya que para un católico formado, los pilares de la fe son inamovibles y toda esta gente pasará de largo por sus vidas como lo que son: verdaderos farsantes.

El problema lo presentan aquellos a los que Cristo se refiere, los líderes del Templo de Dios, aquellos que debieran ser custodios de la fe pero que llegaron a esos puestos no ya por una llamada divina sino por otras cuestiones e intereses humanos.

Sabemos que las autoridades judías de la época habían sido designadas por los romanos y más que servir a Dios se servían a sí mismos y sus intereses. A día de hoy esto mismo sucede pero no ya con el imperio, sino con algo mucho peor: con la masonería.

Queremos dejar claro que no hablamos del 100% de los miembros de la Santa Iglesia Católica, ya que hay verdaderos santos pisando este mundo. ¡Dios quiera que todos fuesen como ellos! A ellos todo honor y admiración por nuestra parte. Son un verdadero ejemplo para nosotros y para el mundo.

Sin embargo, nos encontramos ante un número de infiltrados que únicamente han accedido a las órdenes sagradas por un mandato masónico para destruir. Lo estamos viendo a diario y hay que decirlo directamente pese a que duela: la Iglesia está infiltrada y padeciendo la terrible gran apostasía anunciada en las escrituras. Son muchos los que se dejan seducir por sus falsas enseñanzas y otros tantos los que hemos padecido de frente sus ataques sin entender nada hasta que al fin, gracias a Dios, pudimos comprender la Verdad.

Por favor, sacerdotes y religiosos, vigilad bien a quien admitís a las órdenes sagradas, porque si ya es grave una oveja que altera el rebaño, mucho peor es un pastor que echa a perder a sus ovejas y en lugar de cuidarlas, las desvía del único camino de la salvación.

¿Cómo conocerlos? Por sus frutos, ya que sus palabras están llenas de mentiras y saben bien como usarlas para no dar a conocer su verdadera naturaleza.

Tenemos que tener mucho cuidado ya que vivimos tiempos difíciles, pero no debemos darnos por vencido ni perder la esperanza, ya que es lo que ellos quieren. Defendamos los Sacramentos, la Santa Doctrina de Cristo, y la Verdadera y Santa Iglesia Católica que ellos tratan de destruir con nuestra vida si hace falta.

¡A estos impíos bastardos hijos de Satanás que se atreven a tocar con sus manos criminales los bienes Sagrados y llevar a la perdición a millones de almas,  más les valdría no haber nacido!

Podréis engañar al mundo entero, pero Cristo os conoce y tarde o temprano os castigará por vuestros crímenes.

Que el Señor nos permita mantenernos firmes en la fe y en la verdad, por medio de la oración y los sacramentos, para que nada ni nadie nos pueda desviar por caminos de la perdición.

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Para quien le interese profundizar en estos temas le recomendamos los libros La conjuración anticristiana, el liberalismo es pecado y revolución-contrarrevolución, así como la encíclica sobre la masonería de S.S. León XIII, que pueden descargar de manera gratuita en la zona de Descargas.

EVANGELIO SÁBADO 20 DE JULIO 2013

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 12,14-21.
En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él.
Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Muchos lo siguieron, y los curó a todos.
Pero él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías:
Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones.
No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas.
No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.

Palabra del Señor

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Como hemos estado diciendo en los últimos comentarios, a todos aquellos verdaderos siervos del Señor se les viene impuesta la cruz por parte de un mundo que conspira inspirado por Satanás, para acabar con todo lo Santo.

En este evangelio, vemos como las palabras de Cristo, que nos advertían de la persecución por causa del Reino, se comienzan a cumplir en Él mismo.

“En seguida los fariseos salieron y se confabularon para buscar la forma de acabar con él. “

Y por esta misma razón, Cristo mismo se vio obligado a alejarse de allí con sus discípulos, porque aun no había llegado su hora. No se trataba de miedo, sino que debía seguir anunciando el Mensaje Salvífico y por eso Dios no permitió que le hiciesen daño antes de tiempo.

Curiosamente, tras anunciar la Buena Noticia del Reino y liberar a los que lo siguieron de las garras del maligno, en lugar de pedirles que difundiesen lo que acababan de escuchar, les pidió discreción.

“Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer”

Muchos pensarán: ¿A qué se debe esto? ¿Por qué Cristo no quiso que otros hablasen de Él cuando tras su resurrección nos encomendó a todos el predicar el evangelio a lo largo y ancho del mundo?

Sin intención de pretender conocer sus motivaciones, y únicamente hablando desde la propia experiencia, podemos afirmar que realmente no se trata de una contradicción, y el motivo es el siguiente:

Cuando uno se encuentra en terreno enemigo y ha sido amenazado/perseguido en diversas ocasiones, lo que sería un suicidio para la misión y totalmente contraproducente para el resultado de la misma, es permitir que se proclame a los cuatro vientos la identidad y ubicación de quien debe llevarla a cabo.

Esa es la razón de que nosotros y otros siervos del Señor, al proclamar la Verdad de Cristo, del modo en que lo hacemos, sin callar los nombres y apellidos de nuestros perseguidores, de aquellos que atentan contra la Santa Iglesia de Dios y luchan por destruirla, esto es, la masonería internacional y sus múltiples y continuas infiltraciones en la Iglesia desde el Concilio Vaticano II, que han conseguido llegar hasta su misma cúspide para acabar con ella atacándola desde dentro y desde fuera, pervirtiendo y profanando sus Templos, los sacramentos y la Santa Doctrina. Es así, como partiendo de la base de que ellos dominan el mundo, de momento de manera encubierta y en un futuro próximo de manera real por medio del establecimiento de su Nuevo Orden Mundial liderado por el Anticristo, es preciso que mantengamos nuestro anonimato para poder continuar con nuestra labor el máximo tiempo posible, hasta que llegue nuestra hora.

Por tanto afirmamos que si nosotros que no somos nadie, no nos ocultamos por miedo sino para mayor Gloria de Dios y por el bien de la misión que se nos ha encomendado, cuanto más Cristo iba a estar justificado en decidir mantener en secreto su apostolado para que se cumplieran las palabras del Profeta Isaías.

“Este es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones.
No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas.
No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre.”

Que el Señor nos haga valientes para anunciar su Palabra, sensatos para saber obrar sin caer en la temeridad, y sobre todo, dispuestos a hacer lo necesario para ser verdaderos siervos del Señor hasta las últimas consecuencias, al modo de Nuestro Señor Cristo.