LECTURAS MIERCOLES 26 DE NOVIEMBRE 2014

Lectura del Libro del Apocalipsis 15,1-4.

Yo, Juan, vi en el cielo otro signo grande y admirable: siete Ángeles que llevaban las siete últimas plagas, con las cuales debía consumarse la ira de Dios.

También vi como un mar de cristal, mezclado de fuego. Los que habían vencido a la Bestia, a su imagen y la cifra de su nombre, estaban de pie sobre el mar, teniendo en sus manos grandes arpas,

y cantaban el canto de Moisés, el servidor de Dios, y el canto del Cordero, diciendo: «¡Grandes y admirables son tus obras, Señor, Dios todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los pueblos! ¿Quién dejará de temerte, Señor, quién no alabará tu Nombre?

Sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán a adorarte, porque se ha manifestado la justicia de tus actos».

Palabra de Dios

 

Salmo Responsorial 98(97),1.2-3ab.7-8.9.

Canten al Señor un canto nuevo,

porque él hizo maravillas:

su mano derecha y su santo brazo

le obtuvieron la victoria.

 

El Señor manifestó su victoria,

reveló su justicia a los ojos de las naciones:

se acordó de su amor y su fidelidad

en favor del pueblo de Israel.

 

Resuene el mar y todo lo que hay en él,

el mundo y todos sus habitantes;

aplaudan las corrientes del océano,

griten de gozo las montañas al unísono.

 

Griten de gozo delante del Señor,

porque él viene a gobernar la tierra:

él gobernará al mundo con justicia,

y a los pueblos con rectitud.

 

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 21,12-19.

Jesús dijo a sus discípulos:

«Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,

y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.

Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,

porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.

Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.

Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.

Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»

Palabra del Señor

 

La persecución a los cristianos ha sido una constante en la historia, y a día de hoy, en este preciso momento los cristianos están siendo perseguidos, encarcelados y hasta asesinados por el mero hecho de serlo en varios países.

¿Cómo afrontar esta injusticia?

Nuestro Señor no engaña a sus discípulos y se lo dice bien claro: En este mundo os espera la persecución. Como a mí me han odiado, os odiarán a ustedes, pues el siervo no es más que su Señor.

¿Por qué sucede esto?

Porque los fieles del Señor están  llamados a ser ciudadanos del Cielo, y en esta vida, se encuentran en terreno enemigo suspirando por volver a su patria. El mundo, y sobre todo el príncipe de este mundo no los reconoce como algo propio, sino como una amenaza que hay que erradicar.

En la medida que crece la santidad de uno, crece la amenaza aquí y por tanto, la persecución en nombre de Cristo será el broche de oro que demuestre que uno lo está haciendo bien.

¿Sucede porque Dios nos abandona?

Claramente no, el  Señor lo dice claro: No les tengáis miedo.

Su persecución dará lugar a que podáis dar testimonio de vuestra fe, y si perseveramos hasta la muerte, nos recibirán en el Cielo con altos honores así como recibieron a los santos mártires, y son dignos de estar ante el Trono del Altísimo por toda la eternidad.

Gracias a la constancia quizás pierdan sus vidas como Cristo, pero salvarán sus almas.

LECTURAS MARTES 25 DE NOVIEMBRE 2014

Lectura del Libro del Apocalipsis 14,14-19. 
Yo, Juan, vi una nube blanca, sobre la cual estaba sentado alguien que parecía Hijo de hombre, con una corona de oro en la cabeza y una hoz afilada en la mano.
En seguida salió del Templo otro Angel y gritó con voz potente al que estaba sentado sobre la nube: «Empuña tu hoz y siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha y los sembrados de la tierra están maduros».
Y el que estaba sentado sobre la nube pasó su hoz sobre la tierra, y esta quedó segada.
Entonces otro Angel salió del Templo que está en el cielo, llevando también una hoz afilada.
Y salió del altar otro Angel -el que tiene poder sobre el fuego- y gritó con voz potente al que tenía la hoz afilada: «Empuña tu hoz y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque han llegado a su madurez».
El Angel pasó la hoz afilada sobre la tierra, cosechó la viña y arrojó los racimos en la inmensa cuba de la ira de Dios.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 96(95),10.11-12.13. 
Digan entre las naciones: «El Señor reina!
El mundo está firme y no vacilará.
El Señor juzgará a los pueblos con rectitud.»

Alégrese el cielo y exulte la tierra,
resuene el mar y todo lo que hay en él;
regocíjese el campo con todos sus frutos,
griten de gozo los árboles del bosque.

Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con su verdad.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 21,5-11. 
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
«De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido».
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?».
Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: ‘Soy yo’, y también: ‘El tiempo está cerca’. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin».
Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.»

Palabra del Señor

———————————-

Ante la maldad reinante en el mundo, la gran mayoría de los que se hacen llamar cristianos sin serlo, elevan las manos al Cielo, culpan a Dios y hasta blasfeman contra Él por permitir esas cosas y el sufrimiento, mientras siguen pecando una y otra vez.

Con eso, cumplen en sus propias carnes las palabras del Apocalipsis, que pese a que habrá signos claros («Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes.») nadie se convertirá ni hará penitencia, sino que seguirán pecando y blasfemando contra Dios.

Y así, en lugar de santificarse, se hacen más reos del infierno que antes.

La llegada del Anticristo está próxima, y vendrá como un falso mesías haciendo grandes señales en el Cielo. Muchos desgraciados, por no conocer la verdadera doctrina, se dejarán seducir por Él, y por la creencia errónea de que Cristo instaurará el Reino de Dios aquí en la tierra y que los buenos sufrirán un rapto que los librará de la tribulación, irán derechos a recibir como Rey de reyes al mismísimo Diablo personificado.

Aun así, no debemos alarmarnos. Los verdaderos católicos, fieles del Señor, saben que no deben temer al fin. No porque no vayamos a sufrir, porque seremos perseguidos y posiblemente martirizados, sino por el hecho de que no nos preparamos para un momento de la historia determinado. La muerte de cada uno, que puede llegar en cualquier momento, nos presentará ante el tribunal de Cristo, y si no queremos ser arrojados al lago de fuego junto con Satanás y todos los réprobos, debemos comenzar a llevar una vida santa desde hoy.

Porque el listón está muy alto, pero con la Gracia de Dios, la intercesión de la  Santísima Virgen y todo nuestro esfuerzo, puede conseguirse.

¿A qué esperas? ¿Quién te garantiza que mañana seguirás con vida?

LECTURAS MIERCOLES 10 DE SEPTIEMBRE 2014

Lectura de la primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 7,25-31.
Hermanos:
Acerca de la virginidad, no tengo ningún precepto del Señor. Pero hago una advertencia, como quien, por la misericordia del Señor, es digno de confianza.
Considero que, por las dificultades del tiempo presente, lo mejor para el hombre es vivir sin casarse.
¿Estás unido a una mujer? No te separes de ella. ¿No tienes mujer? No la busques.
Si te casas, no pecas. Y si una joven se casa, tampoco peca. Pero los que lo hagan, sufrirán tribulaciones en su carne que yo quisiera evitarles.
Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; lo que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.
Palabra de Dios

Salmo Responsorial 45(44),11-12.14-15.16-17.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!
Olvida tu pueblo y tu casa paterna,
y el rey se prendará de tu hermosura.
Él es tu señor: inclínate ante él.

Embellecida con corales engarzados en oro
y vestida de brocado, es llevada hasta el rey.
Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían.

Con gozo y alegría entran al palacio real.
Tus hijos ocuparán el lugar de tus padres,
y los pondrás como príncipes por toda la tierra.

Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 6,20-26.
Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! ¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! ¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! ¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas!
Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!
¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!
¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!»

Palabra del Señor

—————-

En el evangelio de hoy vemos como nuestra vida cotidiana y nuestros principios se alejan descaradamente del camino marcado por el Señor para llegar al Reino de los Cielos.

Pero debemos entender bien lo que nos enseña.

Dios no nos recompensará con su Reino si estamos sin un céntimo, con el estómago vacío, amargados y reprimidos, y quejándonos todo el día.

Dios no quiere pobres, sino que los corazones estén desapegados a las riquezas de este mundo y centrados únicamente en Él.

Dios no quiere hambrientos, sino que deseemos su escuchar su Palabra, recibirle en la Eucaristía y cumplir y que se cumplan cada uno de sus Mandatos más que nuestro pan de cada día.

Dios no quiere llorones, sino corazones compungidos que sufran por haber traicionado al Señor por su pecado y porque el Nombre del Señor es cada vez más ultrajado.

Dios no quiere amargados y reprimidos sexualmente, quiere vírgenes con todas sus letras, que conozcan y proclamen con su pureza el honor de ser únicamente para Dios y vivir ya en esta tierra como si fuesen ciudadanos del Cielo y parte de las milicias celestiales.

Preciosa a los ojos del Señor es la Muerte de sus Santos, o mejor dicho, la muerte santa en gracia de Dios. Y más precioso aún el martirio de sus Santos, porque el haber sido perseguidos hasta derramar su Sangre por Cristo sin desfallecer, es la mayor expresión de amor que el Señor puede recibir y es premiada con los más altos honores en el Cielo.

Lo que quiero decir, hermanos, es esto: queda poco tiempo. Mientras tanto, los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; lo que se alegran, como si no se alegraran; los que compran, como si no poseyeran nada; los que disfrutan del mundo, como si no disfrutaran. Porque la apariencia de este mundo es pasajera.

¡Ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo!
¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre!

¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas!
¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!

El Señor dará a cada uno el justo pago por sus obras.

LECTURAS DOMINGO 31 DE AGOSTO 2014

Lectura del Libro del profeta Jeremías 20,7-9.

¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir! ¡Me has forzado y has prevalecido! Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mí.

Cada vez que hablo, es para gritar, para clamar: «Violencia, devastación!». Porque la palabra del Señor se volvió para mí oprobio y afrenta todo el día.

Entonces dije: «No lo voy a mencionar, ni hablaré más en su Nombre». Pero había en mi corazón como un fuego abrasador, encerrado en mis huesos: me esforzaba por contenerlo, pero no podía.

Palabra de Dios

 

Salmo Responsorial 63(62),2.3-4.5-6.8-9.

Señor, tú eres mi Dios,

yo te busco ardientemente;

mi alma tiene sed de ti,

por ti suspira mi carne

como tierra sedienta, reseca y sin agua.

 

Sí, yo te contemplé en el Santuario

para ver tu poder y tu gloria.

Porque tu amor vale más que la vida,

mis labios te alabarán.

 

Así te bendeciré mientras viva

y alzaré mis manos en tu Nombre.

Mi alma quedará saciada

como con un manjar delicioso,

y mi boca te alabará

con júbilo en los labios.

 

Veo que has sido mi ayuda

y soy feliz a la sombra de tus alas.

Mi alma está unida a ti,

tu mano me sostiene.

 

Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 12,1-2.

Por lo tanto, hermanos, yo los exhorto por la misericordia de Dios a ofrecerse ustedes mismos como una víctima viva, santa y agradable a Dios: este es el culto espiritual que deben ofrecer.

No tomen como modelo a este mundo. Por el contrario, transfórmense interiormente renovando su mentalidad, a fin de que puedan discernir cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno, lo que le agrada, lo perfecto.

Palabra de Dios

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 16,21-27.

Desde aquel día, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.

Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: «Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá».

Pero él, dándose vuelta, dijo a Pedro: «¡Apártate de mi, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».

Entonces Jesús dijo a sus discípulos: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.

Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará.

¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su alma?

Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, rodeado de sus ángeles, y entonces pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.

Palabra del Señor

———————————

La condición para ser verdadero discípulo de Cristo es la siguiente:

«El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.”

Y es curioso como la mayoría de los que se autodenominan cristianos –y con esto queremos decir católicos. Ya saben que aunque comúnmente los herejes se acaparen el nombre, no son verdaderamente cristianos ya que no siguen las enseñanzas de Cristo, ni pertenecen a su Cuerpo Místico – no quieren saber nada de la cruz en esta vida, es decir, de los sufrimientos, la persecución, el martirio. Y sin embargo, Cristo nos dice que debemos subir con Él a Jerusalén, y no solo acompañarle al calvario como espectadores, sino padecer junto a Él con nuestras propias cruces si deseamos salvar nuestra alma.

La cruz está unida a Cristo y Cristo a la cruz de modo que no pueden ser separados y quedarnos solo con una de las dos partes. Si amamos a Cristo, debemos amar y aceptar las cruces que nos vengan, aunque duela.

Seguramente, si somos verdaderamente fieles a la voluntad de Dios, nos sucederá como al profeta Jeremías, que nos cuenta como padeció por ser fiel:

“La Palabra del Señor se volvió para mí oprobio y afrenta todo el día. (…)Soy motivo de risa todo el día, todos se burlan de mí. ”

Podemos tener la tentación de rebelarnos ante esas injusticias que padecemos, y pedir a Dios como san Pedro que aleje la cruz de nosotros.

Sin embargo, si no queremos que en el Juicio Final el Señor nos diga: “Apártate de Mi, Satanás (…) porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres ”, debemos poner por practica lo que nos exhorta el apóstol San Pablo:

Entregarnos como hostia viva al Señor, como sacrificio voluntario agradable al Señor, dejando a un lado los criterios de este mundo, y siguiendo a cada momento la Palabra de Nuestro Señor:

El que quiera salvar su vida, la perderá. (…) ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma? ¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su alma. (…)El Hijo del hombre (…) pagará a cada uno de acuerdo con sus obras.

Padre de Nuestro Señor Jesucristo, ilumina en este día los ojos de nuestro corazón para que comprendamos cual es la esperanza a la que se nos llama y podamos ser un día dignos de participar en ella.

SAN RAMÓN NONATO, RELIGIOSO (31 DE AGOSTO)

SAN RAMÓN NONATO, RELIGIOSO

SAN RAMÓN NONATOSe le llama Nonato (no-nacido) porque nació después de morir su madre. Ella murió al dar a luz. Después de la muerte le hicieron cesárea para que el niño pudiera nacer.   San Ramón nació en Cataluña, España, en 1204. Muy joven entró en la Congregación de Padres Mercedarios que se dedicaban a rescatar cautivos que los mahometanos habían llevado presos a Arget.

Lo recibió el mismo San Pedro Nolasco, fundador de la comunidad.   Pocos años después de haber entrado de religioso fue enviado con una gran cantidad de dinero a rescatar a los católicos que estaban esclavizados por los musulmanes en África. Allá gastó todo el dinero en conseguir la libertad de muchos cristianos y enviarlos otra vez a su patria, de donde habían sido llevados secuestrados por los enemigos de nuestra religión.

Cuando se le acabó el dinero se ofreció el mismo a quedarse como esclavo, con tal de que libertaran a algunos católicos que estaban en grave peligro de perder su fe y su religión por causa de los atroces castigos que los mahometanos les infligían.   Como entre los musulmanes está absolutamente prohibido hablar de la religión católica, y Ramón se dedicó a instruir en la religión a sus compañeros de esclavitud y aun hasta a algunos mahometanos, le dieron terribles tormentos y lo azotaron muchas veces hasta dejarlo casi muerto.

Y al fin, como no se callaba, le amarraron la cara a una correa a la cual le echaron candado, para que no pudiera hablar, y no abrían el candado sino cuando iba a comer.   El jefe musulmán, con la esperanza de que Ramón volviera a España y le llevara más dinero para rescatar cristianos, lo dejó en libertad. Pero se dedicó a hablar de nuestra religión a cuantas más personas podía. Esto hizo arder en cólera a los mahometanos y lo volvieron a encarcelar y a atormentar.

San Pedro Nolasco envió a algunos de sus religiosos con una fuerte suma de dinero y pagaron su rescate y por orden de sus superiores volvió a España.   Como premio de tantos heroísmos, el sumo Pontífice Gregorio IX lo nombró Cardenal. Pero San Ramón siguió viviendo humildemente como si fuera un pobre e ignorado religioso.-   El Santo Padre lo llamó a Roma para que le colaborara en la dirección de la Iglesia, y el humilde Cardenal emprendió el largo viaje a pie. Pero por el camino lo atacaron unas altísimas fiebres y murió.

Era el año 1240. Apenas tenía 36 años. Pero había sufrido y trabajado muy intensamente, y se había ganado una gran corona para el cielo.   A San Ramón le rezan las mujeres que van a tener un hijo, para que les conceda la gracia de dar a luz sin peligro ni tormentos.

Tú, Señor, que concediste a San Ramón Nonato el don de imitar con fidelidad a Cristo pobre y humilde, concédenos también a nosotros, por intercesión de este santo, la gracia de que, viviendo fielmente nuestra vocación, tendamos hacia la perfección que nos propones en la persona de tu Hijo.

Por Jesucristo Nuestro Señor.

San Ramón Nonato, ruega por nosotros.

LECTURAS VIERNES 29 DE AGOSTO 2014 – MEMORIA DEL MARTIRIO DE SAN JUAN BAUTISTA

Lectura del Libro del profeta Jeremías 1,17-19.
En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. No te dejes intimidar por ellos, no sea que te intimide yo delante de ellos.
Mira que hoy hago de ti una plaza fuerte, una columna de hierro, una muralla de bronce, frente a todo el país: frente a los reyes de Judá y a sus jefes, a sus sacerdotes y al pueblo del país. Ellos combatirán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor-«.
Palabra de Dios

Salmo Responsorial 71(70),1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17.
Yo me refugio en Ti, Señor,
¡que nunca tenga que avergonzarme!
Por tu justicia, líbrame y rescátame,
inclina tu oído hacia mí, y sálvame.

Sé para mí una roca protectora,
tú que decidiste venir siempre en mi ayuda,
porque tú eres mi Roca y mi fortaleza.
¡Líbrame, Dios mío, de las manos del impío!

Porque tú, Señor, eres mi esperanza
y mi seguridad desde mi juventud.
En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;
desde el seno materno fuiste mi protector.

Mi boca anunciará incesantemente
tus actos de justicia y salvación,
Dios mío, tú me enseñaste desde mi juventud,
y hasta hoy he narrado tus maravillas.

Lectura del Santo Evangelio según San Marcos 6,17-29.
Herodes, en efecto, había hecho arrestar y encarcelar a Juan a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, con la que se había casado.
Porque Juan decía a Herodes: «No te es lícito tener a la mujer de tu hermano».
Herodías odiaba a Juan e intentaba matarlo, pero no podía,
porque Herodes lo respetaba, sabiendo que era un hombre justo y santo, y lo protegía. Cuando lo oía quedaba perplejo, pero lo escuchaba con gusto.
Un día se presentó la ocasión favorable. Herodes festejaba su cumpleaños, ofreciendo un banquete a sus dignatarios, a sus oficiales y a los notables de Galilea.
La hija de Herodías salió a bailar, y agradó tanto a Herodes y a sus convidados, que el rey dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras y te lo daré».
Y le aseguró bajo juramento: «Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino».
Ella fue a preguntar a su madre: «¿Qué debo pedirle?». «La cabeza de Juan el Bautista», respondió esta.
La joven volvió rápidamente adonde estaba el rey y le hizo este pedido: «Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».
El rey se entristeció mucho, pero a causa de su juramento, y por los convidados, no quiso contrariarla.
En seguida mandó a un guardia que trajera la cabeza de Juan.
El guardia fue a la cárcel y le cortó la cabeza. Después la trajo sobre una bandeja, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
Cuando los discípulos de Juan lo supieron, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.

Palabra del Señor

—————

Hoy celebramos el martirio de San Juan Bautista, no solo el más grande de los profetas, sino el más grande de los nacidos de mujer – como dijo nuestro Señor.

Adelantó su fe a su propio nacimiento, reconociendo al Salvador desde el vientre de su madre al escuchar la dulce voz de la Santísima Virgen María acercándose a ellos, dando cumplimento a las palabras del salmista.

En ti me apoyé desde las entrañas de mi madre;
desde el seno materno fuiste mi protector.

Toda su vida se entregó a la penitencia y oración, cuando llegó el momento le llegó la Palabra de Dios – En cuanto a ti, cíñete la cintura, levántate y diles todo lo que yo te ordene. (…) Ellos combatirán contra ti, pero no te derrotarán, porque yo estoy contigo para librarte -oráculo del Señor-«- y comenzó a bautizar en el desierto haciendo un llamamiento a la conversión sincera para preparar los corazones a la venida del Señor.

Mi boca anunciará incesantemente
tus actos de justicia y salvación.

Y precisamente, intentando salvar el alma de Herodes, de su concubina Herodías, y de todo el pueblo que podía influenciarse por su conducta, recibió el peor castigo humano y el mayor de los honores para un siervo de Dios: el martirio.

Meditemos en este día la vida de este gran Santo y pidámosle al Señor que nos conceda un corazón puro, ardiente de celo, mortificado y fiel como el suyo, para que podamos narrar las maravillas del Señor.

LECTURAS MIERCOLES 27 DE AGOSTO 2014

Lectura de la Segunda Carta del apóstol San Pablo a los Tesalonicenses 3,6-10.16-18.
Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no traten con los hermanos que lleven una vida desordenada, y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros. Porque ustedes ya saben cómo deben seguir nuestro ejemplo.

Cuando estábamos entre ustedes, no vivíamos como holgazanes, y nadie nos regalaba el pan que comíamos. Al contrario, trabajábamos duramente, día y noche, hasta cansarnos, con tal de no ser una carga para ninguno de ustedes. Aunque teníamos el derecho de proceder de otra manera, queríamos darles un ejemplo para imitar.
En aquella ocasión les impusimos esta regla: el que no quiera trabajar, que no coma.
Que el Señor de la paz les conceda la paz, siempre y en toda forma. El Señor esté con todos ustedes. El saludo es de mi puño y letra. Esta es la señal característica de todas mis cartas: así escribo yo, Pablo. La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.

Palabra de Dios

Salmo Responsorial 128(127),1-2.4-5.
¡Feliz el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,

serás feliz y todo te irá bien.
¡Así será bendecido
el hombre que teme al Señor!

¡Que el Señor te bendiga desde Sión
todos los días de tu vida:
que contemples la paz de Jerusalén.

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23,27-32.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que parecen sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre!
Así también son ustedes: por fuera parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que construyen los sepulcros de los profetas y adornan las tumbas de los justos,
diciendo: ‘Si hubiéramos vivido en el tiempo de nuestros padres, no nos hubiéramos unido a ellos para derramar la sangre de los profetas’!
De esa manera atestiguan contra ustedes mismos que son hijos de los que mataron a los profetas. ¡Colmen entonces la medida de sus padres!

Palabra del Señor

——————

Se habla mucho de que es de buen cristiano el tolerar todo, soportar todo y callar ante todo, y sin embargo, en ningún momento Nuestro Señor o los santos se comportaron como los bobalicones que la sociedad desea que seamos para no estorbar a los planes de las élites.

No, un cristiano –y cuando decimos cristiano decimos católico, pues toda secta protestante proviene del abismo ya que desprecian la voluntad de Dios para seguir la propia- debe ser alguien valiente para soportar las cruces que le vengan impuestas, y enfrentar -aunque sea solo- al mundo corrompido por el pecado para no caer en sus redes.

Igualmente, debe ser alguien suficientemente humilde para reconocer que todo lo bueno que hay en él proviene de Dios y que obra suya solo son sus pecados.

Debe ser alguien suficientemente mortificado y temeroso de Dios para apartar de su vida todo aquello que le aleja del camino de la santidad, personas incluidas.

San Pablo lo dice bien claro: Les ordenamos, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, que no traten con los hermanos que lleven una vida desordenada, y se apartan de las tradiciones que recibieron de nosotros.

Hasta ese punto hemos de llegar: hacernos violencia para evitar todo tipo de pecado.

No se han cometido mayores crímenes en la historia que aquellos hechos en nombre de la tolerancia. Y nosotros, como cristianos, no debemos aceptar el error ni rebajar la verdad salvífica de Cristo al punto de considerarla una mera opinión más en medio de tantas.

La Verdad es por naturaleza intolerante con todas las mentiras que la rodean, ya que por sí misma las excluye.

Pongamos un ejemplo para que a nadie escandalice esta afirmación:

Ante una verdad absoluta como que dos más dos son igual a cuatro, alguien puede presentarse vociferando contra intolerancia de dicha afirmación, argumentando que dicho resultado puede ser cinco, ocho o dieciocho en función de la opinión que tenga la persona, y que todas las respuestas son igualmente válidas y dignas de respeto.

¿Qué pensarían de esa persona?

Solo cabría una consideración para ella: que está loca, o bien, que nos está tomando el pelo, porque tal necedad no puede ser tomada de otra manera. Y si vemos que persiste en semejante estupidez nos acabaríamos alejando pensando que no tiene remedio.

Y esto que parece tan obvio en este ejemplo, se nos olvida cuando se atacan los dogmas de fe, que son VERDADES ABSOLUTAS E INFALIBLES, tan ciertas o incluso más que la fórmula del ejemplo. ¿Por qué entonces cuando se argumenta de la misma manera contra nuestra fe toleramos semejante necedad? ¿Porque es colectiva? Un necio no deja de serlo porque se agrupe con otros tantos y todos digan la misma necedad hasta la saciedad.

Por tanto, ante el error doctrinal, ante el pecado: tolerancia cero – sin olvidar la caridad con el prójimo, es decir, darle a conocer la verdad sin humillarle.

Aquellos que exigen el prototipo de cristiano bobalicón y los que los siguen en sus falsas doctrinas, solo merecen el apelativo de hipócritas, pues se parecen a los sepulcros blanqueados: hermosos por fuera, pero por dentro llenos de huesos de muertos y de podredumbre.

Ellos parecen justos delante de los hombres, pero por dentro están llenos de hipocresía y de iniquidad, hasta el punto de que en poco tiempo veremos como estos que proclaman paz y tolerancia para todos, en nombre de dicha tolerancia acabarán asesinando a los católicos que realmente sirvan al Señor como sus antepasados acabaron con los profetas y santos de los primeros tiempos.

Evitemos sus redes y sus mentiras.

SAN MAXIMILIANO KOLBE, MARTIR (14 DE AGOSTO)

SAN MAXIMILIANO KOLBE, MARTIR

SAN MAXIMILIANO KOLBEEs este uno de los mártires modernos.

 Murió en la Segunda Guerra Mundial. Había sido llevado por los nazis al terrorífico campo de concentración de Auschwitz.

 Un día se fugó un preso. La ley de los alemanes era que por cada preso que se fugara del campo de concentración, tenían que morir diez de sus compañeros. Hicieron el sorteo 1-2-3-4…9…10 y al que le iba correspondiendo el número 10 era puesto aparte para echarlo a un sótano a morirse de hambre. De pronto al oírse un 10, el hombre a quien le correspondió ese número dio un grito y exclamó: «Dios mío, yo tengo esposa e hijos. ¿Quién los va a cuidar?».

 En ese momento el padre Kolbe dice al oficial: «Yo me ofrezco para reemplazar al compañero que ha sido señalado para morir de hambre».

 El oficial le responde: ¿Y por qué?

 – Es que él tiene esposa e hijos que lo necesitan. En cambio yo soy soltero y solo, y nadie me necesita.

 El oficial duda un momento y enseguida responde: Aceptado.

 Y el prisionero Kolbe es llevado con sus otros 9 compañeros a morirse de hambre en un subterráneo. Aquellos tenebrosos días son de angustias y agonías continuas. El santo sacerdote anima a los demás y reza con ellos. Poco a poco van muriendo los demás. Y al final después de bastantes días, solamente queda él con vida. Como los guardias necesitan ese local para otros presos que están llegando, le ponen una inyección de cianuro y lo matan. Era el 14 de agosto de 1941.

 Su familia, polaca, era inmensamente devota de la Sma. Virgen y cada año llevaba a los hijos en peregrinación al santuario nacional de la Virgen de Chestokowa. El hijo heredó de sus padres un gran cariño por la Madre de Dios.

 Cuando era pequeño tuvo un sueño en el cual la Virgen María le ofrecía dos coronas, si era fiel a la devoción mariana. Una corona blanca y otra roja. La blanca era la virtud de la pureza. Y la roja, el martirio. Tuvo la dicha de recibir ambas coronas.

 Un domingo en un sermón oyó decir al predicador que los Padres Franciscanos iban a abrir un seminario. Le agradó la noticia y con su hermano se dirigió hacia allá. En 1910 fue aceptado como Franciscano, y en 1915 obtuvo en la Universidad de Roma el doctorado en filosofía y en 1919 el doctorado en teología. En 1918 fue ordenado sacerdote.

 Maximiliano gastó su vida en tratar de hacer amar y venerar a la Sma. Virgen. En 1927 fundó en Polonia la Ciudad de la Inmaculada, una gran organización, que tuvo mucho éxito y una admirable expansión. Luego funda en Japón otra institución semejante, con éxito admirable.

 El padre Maximiliano fundó dos periódicos. Uno titulado «El Caballero de la Inmaculada», y otro «El Pequeño diario». Organizó una imprenta en la ciudad de la Inmaculada en Polonia, y después se trasladó al Japón y allá fundó una revista católica que pronto llegó a tener 15,000 ejemplares. Un verdadero milagro en ese país donde los católicos casi no existían. En la guerra mundial la ciudad de Nagasaki, donde él tenía su imprenta, fue destruida por una bomba atómica. A su imprenta no le sucedió nada malo.

 Los nazis durante la guerra, al invadir Polonia, bombardearon la ciudad de la Inmaculada y se llevaron prisionero al padre Maximiliano, con todos los que colaboraban. El ya había fundado una radiodifusora y estaba dirigiendo la revista «El caballero de la Inmaculada», con gran éxito y notable difusión. Todo se lo destruyó la guerra, pero su martirio le consiguió un puesto glorioso en el cielo.

 Cuando el Santo Padre Pablo VI lo declaró beato, a esa gran fiesta asistió, el hombre por el cual él había ofrecido el sacrificio de su propia vida. Juan Pablo II, su paisano, lo declaró santo ante una multitud inmensa de polacos.

 En este gran santo sí se cumple lo que dijo Jesús: «Si el grano de trigo cae en tierra y muere, produce mucho fruto. Nadie tiene mayor amor que el que ofrece la vida por sus amigos».

 Quiera Dios que también nosotros seamos capaces de sacrificarnos como Cristo y Maximiliano, para la mayor Gloria de Dios.

San Maximiliano Kolbe, ruega por nosotros.

 

EVANGELIO LUNES 21 DE JULIO 2014

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 12,38-42.
Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: «Maestro, queremos que nos hagas ver un signo».
El les respondió: «Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás.
Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.
El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás.
El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.»

Palabra del Señor

———————————-

Signos, pruebas,  excusas… Tantas son las cosas que retrasan nuestra conversión.

Decimos que amamos al Señor, pero ¿por qué somos incapaces de hacer lo que le agrada sin murmuraciones?

Nos llamamos fieles del Señor y no dejamos de traicionarle día tras día, segundo tras segundo, acumulando pecado sobre pecado, traicion tras traicion.

¿Qué nos sucede? Nos creemos que otros tiempos fueron más faciles y queremos que se nos dé todo hecho. Pero si viviesemos en tiempos de Nuestro Señor, si hubiesemos compartido esos tres años de vida pública cn Él ¿Le hubieramos seguido hasta el calvario? ¿Hubieramos optado por soportar cualquier clase de tortura y martirio antes de pecar contra Él?

Seamos sinceros con nosotros mismos: si ya nos cuesta ir un domingo a misa, rezar un rato, acudir a una confesión… ¡Cuanto más costará dar la vida!

Tenemos mucho que mejorar para alcanzar el Reino de los Cielos, y el primer paso para ello es reconcer lo míseros que somos por ser incapaces de hacer aquello que más debiesemos desear: la santidad.

 

 

 

EVANGELIO LUNES 14 DE JULIO 2014

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 10,34-42.11,1.
Jesús dijo a sus apóstoles:
«No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada.
Porque he venido a enfrentar al hijo con su padre, a la hija con su madre y a la nuera con su suegra;
y así, el hombre tendrá como enemigos a los de su propia casa.
El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; y el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.
El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe, recibe a aquel que me envió.
El que recibe a un profeta por ser profeta, tendrá la recompensa de un profeta; y el que recibe a un justo por ser justo, tendrá la recompensa de un justo.
Les aseguro que cualquiera que dé de beber, aunque sólo sea un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños por ser mi discípulo, no quedará sin recompensa».
Cuando Jesús terminó de dar estas instrucciones a sus doce discípulos, partió de allí, para enseñar y predicar en las ciudades de la región.

Palabra del Señor

——————————

Estamos tan acostumbrados a escuchar que la paz es el ideal más grande al que podemos aspirar que este evangelio nos golpea como mil espadas, y no pocos se escandalizan por el mismo sin razón.

La paz es un gran ideal, ¿quién lo niega? Pero Cristo afirmó que para sus verdaderos discípulos JAMAS habrá paz en esta tierra, como tampoco la hubo para Él mismo cuando habitó entre nosotros.

¿A qué se debe esto? A que el mundo está en manos del maligno y por tanto, no reconoce a los discípulos del Señor como cosa propia, haciendoles la guerra y buscando sobre todas las cosas, acabar con ellos y con todo atisbo de santidad.

Es por ello que debemos estar prevenidos y no vender nuestras almas para obtener la paz en nuestras vidas.

Sí, claramente, si Cristo no hubiera perseverado en su mensaje, no hubiera sido crucificado, si los Santos se hubieran doblegado ante sus acusadores y negaran la verdad salvífica de Cristo, no hubieran sido martirizados, etc… y nosotros, por quedar bien con los demás y no «sembrar cizaña» ¿no vamos a hablar de la Santa Doctrina Católica, fundamento de nuestra fe y nuestra salvación aunque duela, para salvar nuestras almas y las del prójimo?

Porque si callamos, si renunciamos a la Verdad en pos de mil mentiras más cómodas y políticamente correctas, podemos tener una vida muy tranquila  feliz en esta tierra… pero una vez nos acorrale la muerte, cargaremos con nuestras propias culpas y con las de todos aquellos que se condenaron por nuestra culpa al negarles el conocimiento de aquello que les hubiese salvado.

El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.