NUESTRA MISIÓN: LA DEFENSA DE LA FE

NUESTRA MISIÓN: LA DEFENSA DE LA FE

  “Retirarse ante el enemigo o callar cuando por todas partes se levanta un incesante clamoreo para oprimir la verdad, es actitud propia o de hombres cobardes o de hombres inseguros de la verdad que profesan. La cobardía y la duda son contrarias a la salvación del individuo y a la seguridad del Bien Común, y provechosas únicamente para los enemigos del cristianismo, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos. El cristiano ha nacido para la lucha”. 

[S.S. LEÓN XIII]

 Cuando hablamos de defensa de la fe, de lucha contra la herejía a muchos se les vienen a la cabeza imágenes de los cruzados en la Guerra Santa -de los que hemos tomado el nombre para el Blog- pese a que eran batallas políticas más que religiosas-, y de la Santa Inquisición, encargada de defender la pureza de la fe católica. Sus supuestas torturas horribles de, como dicen, inocentes acusados de herejes, no eran otra cosa que calumnias de la propaganda política de las naciones protestantes de Europa en contra de la Iglesia Católica y el Imperio Español católico por antonomasia. Habría que preguntarles a todos los protestantes que siguen empleando la Inquisición para atacar a la Iglesia qué opinan de los episodios masivos de quemas de brujas, como el acontecido en Salem, llevados a cabo por sus correligionarios.

 Sin entrar más en ese asunto, y partiendo de estos dos ejemplos, malinterpretados intencionadamente por algunos para atacar a la Iglesia, nos vemos en la obligación de escribir este artículo, en respuesta a la siguiente pregunta: ¿Estamos legitimados a emplear la violencia para la defensa de la fe?

 La respuesta no la damos nosotros, la da Cristo mismo en el Huerto Getsemaní a Pedro cuando su fiel apóstol, primer pontífice de la Iglesia Católica, saca su espada para defender al Señor de sus agresores:

 “Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco” (Juan 18:10).

 “Uno de los que estaban con Jesús sacó su espada e hirió al servidor del Sumo Sacerdote, cortándole la oreja.

Jesús le dijo: «Guarda tu espada, porque el que a hierro mata a hierro muere. ¿O piensas que no puedo recurrir a mi Padre? Él pondría inmediatamente a mi disposición más de doce legiones de ángeles. Pero entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, según las cuales debe suceder así?» (Mt 26, 51-54)

 Por tanto, de boca de Cristo tenemos que NO ES LEGÍTIMO EMPLEAR LA VIOLENCIA PARA LA DEFENSA DE LA FE, ya que implicaría directamente atentar contra la Santa Ley promulgada por Dios mismo.

 Sin embargo, no puede suceder lo que está pasando: el ver como no se deja de injuriar a Dios y a nuestra Santa Iglesia Católica y ningún católico se atreva a mover un dedo.

 ¡Qué nadie se atreva a justificar su pasividad en el amor al prójimo predicado por Cristo! Porque más pecado tiene el permitir que infieles blasfemos que llevan el pecado mortal como distintivo de su conducta injurien al Altísimo con total impunidad.

 Pero pese a que muchos aceptarán que esto sucede, nadie va a asumir como propia esta acusación, mientras continuarán viviendo sus días en un cobarde silencio- que es un indicativo claro de la tibieza de su fe – argumentando lo bueno que es ser tolerante y lo grandes cristianos que son, ya que la tolerancia es una de las grandes virtudes del buen cristiano.

 ¡Necios! ¿No sabéis que la tolerancia y su proclamación es uno de los mayores engaños de Satanás para acabar con la fe? Precisamente de ella parten todas las aberraciones de los últimos tiempos, y los siervos de Satanás no dejan de apelar a la tolerancia para justificar sus acciones y silenciar a los verdaderos servidores de Dios, calificándolos de intolerantes, radicales, extremistas, fundamentalistas, xenófobos, fascistas y toda clase de apelativos que se les ocurran para complementar la palabra intolerancia.

 ¡Que no nos engañen con eso!

RELIGION GLOBAL Nos han vendido el diálogo interreligioso y el ecumenismo como algo estupendo caído del Cielo y que todos tenemos que aceptar sin más. Pues bien, hay una cosa en la que no nos han mentido pues todos estos movimientos que justifican la unión de cultos son realmente algo caído del Cielo, como Satanás mismo.

 Enemigos de la fe han infiltrado su veneno mortal en la mismísima Iglesia Católica, Esposa del Cordero, para que se llegue a permitir y aceptar sin preguntas la profanación de Templos y de la fe misma con las Sagradas Escrituras en la mano.

 Pero vamos a ver, ¿es que a Dios va a agradarle que se mezcle la Santa Doctrina con cultos procedentes del mismo Satanás? ¿Es que Él iba a querer por algún motivo que escapa a toda lógica el juntar la verdadera Fe con la herejía, la Verdad con la mentira, la Bondad con la maldad?

 Esto solo puede proceder de Satanás mismo, introduciendo en el grupo de los fieles servidores de Dios, en Su Santa Iglesia, elementos discordantes y doctrinas venenosas para tratar de llevar al error a los mismísimos elegidos de Dios para la salvación eterna. Este ha sido su modo de actuar desde siempre y por tanto, algo así no puede venir ni vendrá jamás de Dios, pues en caso de que así fuera, la Pasión y Muerte de Cristo no habría servido para nada y los millones de mártires de la historia que sufrieron un terrible calvario por no ofender al Señor, habrían tenido que ser muy masoquistas pues, según estas ideas, se podrían haber salvado renegando de Dios, o buscándose una religión mucho más sencilla, liviana y tolerante.

 Por favor, seamos serios, llamemos a las cosas por su nombre y parémonos a pensar: ¿Qué dice Dios sobre todas estas corrientes que han aparecido en los últimos años?

 Para responder a esto tenemos que acudir al Antiguo Testamento, parte de la Biblia censurada por todos estos apóstatas pro dialogo y tolerancia que saben bien que si los fieles descubren lo que ahí está escrito, sus doctrinas heréticas y luciferinas caerían por si solas. Estos esbirros de Satanás, se las han arreglado para hacernos creer que el Dios del Antiguo Testamento, el Dios de Justicia, es algo anticuado, propio de épocas pasadas, totalmente alejado de la Verdad y que nada tiene que ver con el Dios presentado en el Nuevo Testamento, encarnado por Cristo, que según ellos, está lleno de amor, mojigatería, pajaritos y florecitas.

 ¿Es que nos hemos vuelto totalmente locos? ¿Por qué creemos toda esta bazofia satánica y dudamos de la mismísima Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia?

 Cristo mismo ha dicho:

No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento. Sí, os lo aseguro: el cielo y la tierra pasarán pero no se borrará una i o una tilde de la Ley” (Mt 5, 17-18)

Por tanto, es una verdadera barbaridad y una blasfemia en toda regla el negar al Dios del Antiguo Testamento y suponerse que el Dios del Nuevo Testamento lo admite todo.

 Dios es inmutable, es el mismo ayer, hoy y siempre, y en Él no hay ni la más mínima mentira o error. Por tanto quien niegue algo de Dios, lo niega todo.

 ¿Queréis saber qué opina Dios del ecumenismo y del diálogo interreligioso?

 Son múltiples las veces que Dios habla de lo que se debe hacer con respecto a los demás cultos, pero vamos a rescatar dos de estos pasajes por ser los que mejor ilustran su opinión.

 En el primer ejemplo, vemos como el Señor, tras dictar las tablas de la Ley a Moisés, y sabiendo que salvo ellos, todo el mundo estaba honrando a Satanás por medio de falsas divinidades y religiones, le dio el siguiente mandato:

Mira bien lo que hoy te mando: (…)

 No hagas pacto alguno con los habitantes de la tierra en la que vas a entrar, para que no te hagan caer en sus redes.

Antes bien, destruid sus altares, romped sus estelas, destrozad sus cipos.

No adorarás a otro Dios, porque el nombre del Señor es Celoso y él es un Dios celoso.

No harás pacto alguno con los habitantes de la tierra, no sea que ellos, al prostituirse ante sus dioses para ofrecerles sacrificios, te inviten y comas de sus sacrificios.

No tomarás de entre sus hijas mujeres para tus hijos, pues ellas se prostituirán ante sus dioses y arrastrarán a tus hijos a prostituirse también ante ellos.” (Exodo 34, 11-16)EXPULSIÓN DE SATANÁS

Es decir, DIOS AFIRMÓ CLARAMENTE QUE NO SE PUEDE TOLERAR NINGUNA CLASE DE CULTO AJENO A LA VERDADERA FE, que es el Camino que Dios enseña, en el Antiguo testamento era el pueblo de Israel, descendientes de Abraham, y a partir de Cristo, la Santa Iglesia Católica fundada por Él mismo, depositaria de todas las promesas al pueblo elegido.

 Su lenguaje es claro y explícito: “destruid sus altares, romped sus estelas, destrozad sus cipos.”, es decir, extirpar todo rastro de herejía entre vosotros, no pactéis con ellos no sea que os desvíen del camino y por supuesto, jamás emparentéis con ellos ni permitáis que se establezcan entre vosotros.

El pueblo elegido, al igual que sucede ahora mismo, hizo caso omiso a las advertencias de Dios y cayeron en la idolatría (adoración de demonios, falsas divinidades, de uno mismo, de cosas materiales…) dejando de lado el camino de la Salvación y apartando a muchos de él.

Y  Dios dijo de nuevo:

“Por vuestra parte, no haréis pactos con los habitantes de este país, sino que destruiréis sus altares. Pero vosotros no habéis obedecido. ¿Por qué habéis hecho esto?” (Jueces 2, 2)

El Nuevo Testamento, pese a las manipulaciones que quieren hacerle, no se queda corto a la hora de tratar con otras religiones y cultos.

 Como por ejemplo este pasaje de San Pablo:

“¡No uniros en yugo desigual con los infieles! Pues ¿qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? ¿Qué armonía entre Cristo y Belial? ¿Qué participación entre el fiel y el infiel?  ¿Qué conformidad entre el santuario de Dios y el de los ídolos? Porque nosotros somos santuario de Dios vivo, como dijo Dios: Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.  Por tanto, salid de entre ellos y apartaos, dice el Señor. No toquéis cosa impura, y yo os acogeré. Yo seré para vosotros Padre, y vosotros seréis para mí hijos, dice el Señor todopoderoso. “ (2 Co 6, 14-18)

 Más claro agua.

 Pero esto no queda ahí, incluso el Magisterio de la Iglesia, durante 1960 años aproximadamente, había hablado claramente del gran pecado y herejía que constituía el tratar como iguales con falsas religiones y cultos.

 Y si siempre estuvo tan claro, ¿por qué es un tema en boga ahora mismo?

 Pues porque el diálogo interreligioso y el ecumenismo, que se han logrado infiltrar en la Iglesia como algo bueno, forman parte de los primeros pasos del plan de las élites para la constitución de una Religión Global, compuesta de la unión de todos los credos y a cuya cabeza se situará el Anticristo.

 La masonería, los enemigos declarados de Dios y de la verdadera fe, llevan preparando el camino del advenimiento de su señor desde hace bastantes años, y la Religión Global, será su herramienta para conseguirlo. De ahí que se haya comenzado por infiltrar en cada mente del planeta tierra las ideas mortíferas de la Nueva Era, versión light del luciferismo y el satanismo.

 (Para conocer más sobre la Masonería, Nueva Era y su papel en la Religión global, tenéis a vuestra disposición varios Audio-documentales católicos en el canal de youtube Sanguis et Aqua.)

 Si el peligro es tan inminente y como hemos visto, para esta lucha no caben métodos violentos pues traicionaríamos a Cristo, ¿cómo hay que defender la fe?

 Pues defenderemos la fe, en la misma medida en la que amamos al Señor, es decir, con todas nuestras fuerzas, con toda nuestra alma, con todo nuestro entendimiento y con todo nuestro corazón.

 Para ello primeramente hay que tener una fe verdadera, es fácil decir Creo en Dios, pero mucho más fácil aun el hacerse un Dios a nuestra medida influenciados por Satanás.

¿Cómo vas a defender la fe si ni siquiera la tienes?

¿Y cómo vas a creer algo si ni siquiera lo conoces?

ESTUDIO ESCRITURASPor tanto, lo primero y más importante es la formación propia por medio del estudio de la Santa Doctrina Católica, Hacerse con un compendio de los Dogmas de la Iglesia, que son las enseñanzas que Cristo entregó a sus Apóstoles y que han sido custodiadas por la Iglesia Católica durante estos 2000 años, debe ser fundamental.

 A día de hoy, en la era de la información, no hay excusa alguna para formarse bien ya que tenemos todo a nuestro alcance. En la zona de descargas tenéis a vuestra disposición tres catecismos de la Santa Iglesia Católica de forma totalmente gratuita (ACCEDER A ZONA DE DESCARGAS).

 ¿Y de qué sirve conocer todo de Dios y de Cristo si servimos a Satanás por medio de una vida llena de pecado? Tiene delito el saber lo que hay que hacer, lo que Dios nos pide y continuar en pecado mortal tan tranquilos.

 Así tenemos que tener en cuenta este segundo punto, que no es menos importante que el primero. Debemos mantenernos en estaREZO DEL SANTO ROSARIOdo de gracia, es decir, limpios de pecado. Para ello se debe hacer uso de los sacramentos, sobretodo de la confesión (semanal) y la eucaristía (si puede ser, diaria), y la oración constante para ser capaces de superar las tentaciones de Satanás.

 Para ello es muy útil el disponer de lecturas espirituales e incluir en nuestro horario momentos para realizar alguna devoción. Para que comencéis, si no lo habéis hecho ya, os recomendamos tres libros: El tratado sobre la verdadera devoción a la Santísima Virgen (Descargar), el Secreto Admirable del Santo Rosario (Descargar), y Preparación para la Muerte (Descargar), que le quitará todas las ganas de pecar de un plumazo.

 Y lo tercero que debemos tener en cuenta es conocer al enemigo. Si no sabemos quién es, que hace, y qué medios utiliza, de seguro que caeremos en sus redes. Eso sí, tened cuidado en este punto. Recordad que la curiosidad mató al gato.

 No se trata pues, de irse de valientes por la vida tratando de descubrir de primera mano los cultos y rituales paganos, sino de conocer los peligros de los mismos y su infiltración en la sociedad, si puede ser, de mano de autores católicos, que sabrán ir al grano con lo que importa y os evitarán los peligros derivados de ir directamente a las fuentes.

 Si uno no está bien formado en la fe, o no se encuentra en estado de gracia unido con Dios mediante la oración constante, el profundizar en el conocimiento del enemigo puede traerle más daño de lo que cree, sobre todo por las influencias demoníacas que tratarán de destruirlo al descuidar su propia protección espiritual.

 Esto es simplemente un aviso a incautos, para que no se les ocurra hacer locuras.

 Si queréis instruiros en ese tema, hemos incluido en la zona de descargas varios libros para la defensa de la fe, como es La Conjuración Anticristiana (Descargar), El Liberalismo es pecado (Descargar), Revolución y contrarrevolución (Descargar), así como encíclicas papales que hablan directamente de los enemigos de la fe , como Humanum Genus de León XIII (Descargar).

 Con todo esto, y con la ayuda de Dios, podemos estar seguros de que no fallaremos a la hora de la defensa de la fe.

Desterremos, por tanto, de nuestra mente la palabra tolerancia como algo cargado de veneno. ¿Amar al prójimo? SIEMPRE, aunque sea por compasión de saber que como no cambien su actitud van a acabar sufriendo el terrible castigo del infierno, día tras día, segundo tras segundo, por toda la eternidad. ¿Tolerar que se injurie al Señor, se profanen sus Templos y se mancille su Santa Doctrina? JAMAS, porque el silencio nos haría tan culpables como a ellos.

 SAN MIGUELTomemos el ejemplo de San Miguel Arcángel, que tras descubrir el pecado de Satanás y su intento de arrebatar a Dios a todos sus ángeles mediante sus mentiras y engaños, se lanzó a defender el honor del Señor con el grito de ¡Quien como Dios!

 Igualmente nosotros, debemos cubrir cada ofensa con una reparación, cada mentira con una verdad, cada injuria con una alabanza, y si tenemos que poner en entredicho las ideas, palabras o actos de alguien, así lo haremos, porque ¡ya está bien que el Nombre del Señor sea pisoteado por infieles traidores!

 Tengamos en cuenta que si algún amigo, familiar o compañero, lleva una vida entregada al pecado y aun dándonos cuenta de esto no le advertimos por no molestarle, recaerá sobre nosotros la culpa de su condenación, porque es nuestra responsabilidad el dar testimonio. Sin embargo, si una vez dado dicho testimonio, no se nos escucha, habremos hecho lo debido, y aunque la persona en cuestión no haga caso y se condene, nosotros estaremos libres de cargo, y si llega a arrepentirse y salvarse, habremos ganado ya no solo un alma, sino un gran mérito para con Dios.

 No hay que tener piedad ni reparos en defender la Verdad en medio de todas las mentiras que los enemigos de la fe difunden para erradicar el Nombre de Dios y su Santa Iglesia de la faz de la tierra para negar a las almas el único camino de salvación posible. No hay que tolerarles ni lo más mínimo, y esforzarnos en defender por encima de todo la pureza de la fe y las costumbres.

 Luchemos contra los enemigos de la fe sin miedo, y no permitamos que nos manipulen empleando nuestra propia fe como arma arrojadiza. Conocer la fe es vital para evitar que los dobles sentidos y las malinterpretaciones que realicen de las Sagradas Escrituras nos dobleguen y nos hagan caer en el error.

 “El Catecismo dice así: Caridad es una virtud sobrenatural que nos inclina a amar a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a nosotros mismos por amor de Dios.  (…)

La suma intransigencia católica es la suma católica caridad. Lo es en orden al prójimo por su propio bien, cuando por su propio bien le confunde y sonroja y ofende y castiga. Lo es en orden al bien ajeno, cuando por librar a los prójimos del contagio de un error desenmascara a sus autores y fautores, les llama con sus verdaderos nombres de malos y malvados, los hace aborrecibles y despreciables como deben ser, los denuncia a la execración común, y si es posible, al celo de la fuerza social encargada de reprimirlos y castigarlos. Lo es, finalmente, en orden a Dios cuando por su gloria y por su servicio se hace necesario prescindir de todas las consideraciones, saltar todas las vallas, lastimar todos los respetos, herir todos los intereses, exponer la propia vida y la de los que sea preciso para tan alto fin.

Y todo esto es pura intransigencia en el verdadero amor, y por esto es suma caridad, y los tipos de esta intransigencia son los héroes más sublimes de la caridad, como la entiende la verdadera Religión. Y porque hay pocos intransigentes, hay en el día pocos caritativos de veras. La caridad liberal que hay está de moda es en la forma el halago y la condescendencia y el cariño; pero es en el fondo el desprecio esencial de los verdaderos bienes del hombre y de los supremos intereses de la verdad y de Dios. (…)

Puede claramente el católico decir a su adversario liberal, que lo es.(…)

Dado que el Liberalismo es cosa mala, no es faltar a la caridad llamar malos a los defensores públicos y conscientes del Liberalismo. (…)

El lobo fue llamado siempre lobo a secas, y nunca se creyó hacer mala obra al rebaño ni a su dueño con llamarle y apostrofarle así. (…)

Si la propaganda del bien y la necesidad de atacar el mal exigen el empleo de frases duras contra los errores y sus reconocidos corifeos, éstas pueden emplearse sin faltar a la caridad. (…)

La ley de todo esto deben ser únicamente la oportunidad y la verdad. (…)

El Bautista empezó por llamar a los fariseos «raza de víboras». Cristo Dios no se abstuvo de apostrofarlos con los epítetos de «hipócritas, sepulcros blanqueados, generación malvada y adúltera», sin que creyese por ello manchar la santidad de su mansísima predicación. San Pablo decía de los cismáticos de Creta, «qua eran mentirosos, malos bestias, barrigones, perezosos». Al seductor Elimas Mago llámale el mismo Apóstol hombre lleno de todo fraude y embuste hijo del diablo, enemigo de toda verdad y justicia».(…)

«Los enemigos declarados de Dios y de la Iglesia deben ser vituperados lo más que se pueda. La caridad obliga a cada cual a gritar: «¡Al lobo!» cuando éste se ha metido en el rebaño, y aun en cualquier lugar en que se le encuentre.»  (…)

¿es conveniente el combatir el error, por más que sea error cebarse y encarnizarse en la personalidad del que lo sustentan? (…)

Sí, es conveniente, y no sólo conveniente, sino indispensable y meritorio ante Dios y ante la sociedad. (…)

Las ideas malas han de ser combatidas y desautorizadas, se las ha de hacer aborrecibles y despreciables y detestables a la multitud, a la que intentan embaucar y seducir. (…)

 No basta, pues, ladearse para evitar el tiro, no; lo primero y más eficaz es dejar inhabilitado al tirador. Así, conviene desautorizar y desacreditar su libro, periódico o discurso; y no sólo esto, sino desautorizar y desacreditar en algunos casos su persona. Sí, su persona, que este es el elemento principal del combate, como el artillero es el elemento principal de la artillería, no la bomba, ni la pólvora, ni el cañón. (…)

Sólo debe tenerse en cuenta que no se ponga en servicio de la justicia la mentira. Eso no; nadie en esto se salga un punto de la verdad.  (…)

¿De dónde ha sacado, pues, el Liberalismo la novedad de que al combatir los errores se debe prescindir de las personas, y aun mimarlas y acariciarlas?  (…)

¡Que hiera la espada del polemista católico, que hiera y que vaya derecha al corazón; que esta es la única manera real y eficaz de combatir! (…)

 El Papa, dicen, es cierto, ha recomendado diferentes veces a los periódicos católicos la templanza y moderación en las formas de la polémica, la observancia de la caridad, el huir las maneras agresivas, los epítetos denigrantes y las injuriosas personalidades. (…)

De consiguiente, es evidente que al dar tales consejos de moderación y templanza, los refirió a católicos que trataban con otros católicos cuestiones libres entre ellos; no a católicos que sostenían contra anticatólicos declarados el recio combate de la fe. (…)

Nunca en batalla alguna les encargó el capitán a sus soldados que no hiriesen demasiado al adversario; nunca les recomendó blandura con él; nunca halagos y consideraciones. La guerra es guerra; y nunca se hizo de otra manera que ofendiendo. Sospecha lleva de ser traidor el que en el fragor del combate anda gritando entre las filas de los leales: «¡Cuidado con que no se disguste el enemigo! ¡no  tirarle demasiado al corazón!»   (…)

El Papa recomienda la suavidad del estilo a los escritores católicos para que les ayude a conservar la paz y la mutua unión. Es así que esta paz y mutua unión sólo debe quererla el Papa entre católicos y católicos, y no entre católicos y enemigos del Catolicismo.

 (Del libro El liberalismo es Pecado, extractos de capítulos XXI, XXII, XXIII y XXIV. Descargar)

 Satanás y sus siervos se empeñan en silenciarnos, en vendernos el indiferentismo religioso y toda clase de herejías, irreverencias y aberraciones como algo agradable a Dios cuando de hecho no lo es. Ellos quieren acabar con la Iglesia, pero no debemos permitirlo. Debemos formarnos mientras podamos para constituir el último bastión que defienda de la Verdad de Cristo antes de que la apostasía arroye a la sociedad completa y se establezca en la tierra el reinado del Anticristo.

 Esta será nuestra Cruzada por Cristo, una cruzada por la Verdad, llevada a cabo con armas espirituales en la que lucharemos hasta el último aliento para que al Nombre de Cristo toda rodilla se doble, en el Cielo, en la tierra y en el abismo y toda lengua proclame que Jesucristo es el Señor.

Bandera Cruzada

 Vendrán tiempos difíciles, pero la Victoria es Nuestra. Cristo ya ha vencido.